Fragmentos...

_eLYoN_
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Es increible

Aplastamiento de las gotas (Historias de Cronopios y de Famas)
Julio Cortázar


Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.

Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
... :roll:
_eLYoN_
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Post by _eLYoN_ »

Creo que nunca había sido más puntual en toda mi vida. La ciudad todavía andaba en pijama cuando crucé la Plaza Sarriá. A mi paso, una bandada de palomas alzó el vuelo al toque de campanas de misa de las nueve. Un Sol de calendario encendía las huellas de una llovizna nocturna. Kafka se había adelantado a recibirme al principio de la calle que conducía al caserón. Un grupo de gorriones se mantenía a distancia prudencial en lo alto de un muro. El gato los observaba con una estudiada indiferencia profesional.

- Buenos días, Kafka. ¿Hemos cometido algún asesinato esta mañana?

El gato me respondió con un simple ronroneo y, como si se tratase de un flemático mayordomo, procedió a guiarme a través del jardín hasta la fuente. Distinguí la silueta de Marina sentada al borde, enfundada en un vestido de color marfil que dejaba sus hombros al descubierto. Sostenía en las manos un libro encuadernado en piel en el que escribía con una estilográfica. Su rostro delataba una gran concentración y no advirtió mi presencia. Su mente parecía estar en otro mundo, lo cual me permitió observarla embobado durante unos instantes. Decidí que Leonardo Da Vinci debía de haber diseñado equellas clavículas; no cabía otra explicación. Kafka, celoso, rompió la magia con un maullido. La estilográfica se detuvo en seco y los ojos de Marina se alzaron hacia los míos. En seguida cerró el libro.

- ¿Listo?


"Marina", Carlos Ruiz Zafón
Sublime 8)
... :roll:
manu
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Post by manu »

:arrow: Sí, la vida es un deber. Pero es, a veces, un deber bien penoso

:arrow: -Tanto llegó a quererla en una noche?
-A veces cabe toda la vida en una noche

:arrow: Morderme las lagrimas...

:arrow: Todos los problemas hay que resolverlos de pie

:arrow: Es la primavera, no hay nada que hacer

:arrow: Las novelas nunca las han escrito más que los que son incapaces de vivirlas

:arrow: No pidas nunca nada a la vida y algún día la vida te dará una sorpresa maravillosa


PROHIBIDO SUICIDARSE EN PRIMAVERA-ALEJANDRO CASONA
ANTES K TODO---->SOY TIA JOEEERRRRR :evil:

Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
AIDA_cantasaetas
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Post by AIDA_cantasaetas »

Mi amigo

Amigo mío. No soy lo que parezco. Mi apariencia no es más que el traje que visto, un traje cuidadosamente tejido que me protege a mí de tu curiosidad, y a ti de mi negligencia.

El YO que hay en mí, amigo mío, habita en la casa del silencio, y en ella vivirá para siempre inadvertido, inaccesible.

No quisiera hacerte creer en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, porque mis palabras no son sino tus propios pensamientos transformados en sonido; y mis acciones, tus propias esperanzas convertidas en acción.

Cuando tú dices: "El viento sopla hacia el Este", yo digo "Sí,sopla hacia el Este"; porque no quisiera hacerte saber que mi mente no medita sobre el viento, sino sobre el mar.

Tú no puedes comprender mis pensamientos marinos, ni yo quisiera hacértelos entender a ti. Preferiría estar solo con el mar.

Cuando es de día para ti, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, incluso así, hablo del mediodía que danza sobre las colinas y de la sombra escarlata que se abre paso sigilosamente por el valle; porque tú no puedes oír los cantos de mi oscuridad ni ver mis alas golpear contra los astros. Yo no quisiera dejarte oír ni ver. Preferiría estar a solas con la noche.

Cuando tú asciendes a tu Cielo, yo desciendo a mi Infierno. Incluso entonces tú me llamas a través del infranquable abismo: "Compañero, mi camarada", y yo te respondo: "Camarada, mi compañero"; porque no quisiera que vieses mi Infierno. La llama quemaría tus ojos y el humo inflamaría tu nariz. Y amo demasiado mi Infierno para que tú lo visites. Preferiría estar solo en el Infierno.

Tú amas la Verdad, la Belleza y la Justicia; y yo por ti digo que es bueno y apropiado amar esas cosas. Pero en mi corazón me río de tu amor. Pero no me gustaría que vieras mi risa. Preferiría reírme solo.

Amigo mío, tú eres bueno, cauto y prudente; más aún, eres perfecto, y yo también hablo contigo sabia y cautelosamente. Y, sin embargo, estoy loco. Pero encubro mi locura. Prefiero ser loco solo.

Amigo mío, tú no eres mi amigo, per ?cómo hacértelo comprender? Mi camino no es tu camino; sin embargo, caminamos juntos, con las manos unidas.


"El Loco" (Gibran Khalil Gibran)
El que quiere nacer tiene que destruir un mundo :wink:
AIDA_cantasaetas
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Post by AIDA_cantasaetas »

- ¿Te llamó tu madre? - preguntó Marta.

- Sí. Veinte minutos. De un tirón.

- ¿Qué quería?

- Lo de siempre: compasión. Pobre vieja. Cómo se mira el ombligo. El mundo puede venirse abajo, pero para ella no hay nada más importante que el almacenero que le cobró de más y le pesó de menos.

- ¿Sabés lo que pasa? Es bravo llegar a los setenta, y estar sola, y no haber hecho otra cosa que pensar en sí misma. Además, a esa edad, ¿vas a pretender cambiarla?

- Ni se me ocurre. Apenas si alguna vez le digo: "Vieja, ¿por qué no lees los diarios? Así a lo mejor te enterás de la gente que muere de hambre en el Nordeste brasileño, de los niños que en Vietnam son quemados diariamente con napalm, y también de los botijas que aquí, en tu país, no han probado jamás leche. Enterate de todo eso y vas a ver como mañana vas corriendo a darle un besito al almacenero que, con toda humildad, apenas si te afanó treinta pesos".

Cuando iba por la mitad de la última frase, se fijó de pronto en lo linda que estaba Marta esta noche. No venía nadie, y sin embargo se había puesto el vestidito azul. O sea que era por él, nada más que por él. Simultáneamente con la comprobación de lo bien que le quedaba el vestido, le vinieron unas tremendas ganas de quitárselo. Pero se contuvo.

- Qué linda estás hoy.

- ¿Hoy nomás?

Ese juego de frases era casi una tradición entre ellos. Tenían varias series de esos dialoguitos automáticos. A veces funcionaban bien y provocaban otros dialoguitos, éstos sí improvisados. Otras veces, en cambio, sonaban a rutina. Dependía de tantas cosas: del estado de ánimo de uno, o de los dos; de la buena o mala digestión; de la noticia desalentadora escuchada en la radio; hasta de la niebla, la lluvia o el sol, que podía registrarse en la ventana del living.


"Gracias, vientre leal", de "Con y sin nostalgia" (Mario Benedetti)
El que quiere nacer tiene que destruir un mundo :wink:
AIDA_cantasaetas
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Post by AIDA_cantasaetas »

Me encanta pensar que todavía me queda tanto por descubrir de la literatura de este hombre.

Las babas del diablo

Nunca se sabrá cómo hay que contar esto, si en primera persona o en segunda, usando la tercera del plural o inventando continuamente formas que no servirán de nada. Si se pudiera decir: yo vieron subir la luna, o: nos me duele el fondo de los ojos, y sobre todo así: tú la mujer rubia eran las nubes que siguen corriendo delante de mis tus sus nuestros vuestros sus rostros. Qué diablos.

Puestos a contar, si se pudiera ir a beber un bock por ahí y que la máquina siguiera sola (porque escribo a máquina), sería la perfección. Y no es un modo de decir. La perfección, sí, porque aquí el agujero que hay que contar es también una máquina (de otra especie, una Contax 1. 1.2) y a lo mejor puede ser que una máquina sepa más de otra máquina que yo, tú, ella-la mujer rubia-y las nubes. Pero de tonto sólo tengo la suerte, y sé que si me voy, esta Remington se quedará petrificada sobre la mesa con ese aire de doblemente quietas que tienen las cosas movibles cuando no se mueven.

Entonces tengo que escribir. Uno de todos nosotros tiene que escribir, si es que todo esto va a ser contado. Mejor que sea yo que estoy muerto, que estoy menos comprometido que el resto; yo que no veo más que las nubes y puedo pensar sin distraerme, escribir sin distraerme (ahí pasa otra, con un borde gris) y acordarme sin distraerme, yo que estoy muerto (y vivo, no se trata de engañar a nadie, ya se verá cuando llegue el momento, porque de alguna manera tengo que arrancar y he empezado por esta punta, la de atrás, la del comienzo, que al fin y al cabo es la mejor de las puntas cuando se quiere contar algo).


[...]

Seamos justos, el chico estaba bastante bien vestido y llevaba unos guantes amarillos que yo hubiera jurado que eran de su hermano mayor, estudiante de derecho o ciencias sociales; era gracioso ver los dedos de los guantes saliendo del bolsillo de la chaqueta. Largo rato no le vi la cara, apenas un perfil nada tonto- pájaro azorado, ángel de Fra Filippo, arroz con leche-y una espalda de adolescente que quiere hacer judo y que se ha peleado un par de veces por una idea o una hermana. Al filo de los catorce, quizá de los quince, se le adivinaba vestido y alimentado por sus padres, pero sin un centavo en el bolsillo, teniendo que deliberar con los camaradas antes de decidirse por un café, un coñac, un atado de cigarrillos. Andaría por las calles pensando en las condiscípulas, en lo bueno que sería ir al cine y ver la última película, o comprar novelas o corbatas o botellas de licor con etiquetas verdes y blancas. En su casa (su casa sería respetable, sería almuerzo a las doce y paisajes románticos en las paredes, con un oscuro recibimiento y un paragüero de caoba al lado de la puerta) llovería despacio el tiempo de estudiar, de ser la esperanza de mamá, de parecerse a papá, de escribir a la tía de Avignon. Por eso tanta calle, todo el río para él (pero sin un centavo) y la ciudad misteriosa de los quince años, con sus signos en las puertas, sus gatos estremecedores, el cartucho de papas fritas a treinta francos, la revista pornográfica doblada en cuatro, la soledad como un vacío en los bolsillos, los encuentros felices, el fervor por tanta cosa incomprendida pero iluminada por un amor total, por la disponibilidad parecida al viento y a las calles.

[...]

Levanté la cámara, fingí estudiar un enfoque que no los incluía, y me quedé al acecho, seguro de que atraparía por fin el gesto revelador, la expresión que todo lo resume, la vida que el movimiento acompasa pero que una imagen rígida destruye al seccionar el tiempo, si no elegimos la imperceptible fracción esencial. No tuve que esperar mucho. La mujer avanzaba en su tarea de maniatar suavemente al chico, de quitarle fibra a fibra sus últimos restos de libertad, en una lentísima tortura deliciosa. Imaginé los finales posibles (ahora asoma una pequeña nube espumosa, casi sola en el cielo), preví la llegada a la casa (un piso bajo probablemente, que ella saturaría de almohadones y de gatos) y sospeché el azoramiento del chico y su decisión desesperada de disimularlo y de dejarse llevar fingiendo que nada le era nuevo. Cerrando los ojos, si es que los cerré, puse en orden la escena, los besos burlones, la mujer rechazando con dulzura las manos que pretenderían desnudarla como en las novelas, en una cama que tendría un edredón lila, y obligándolo en cambio a dejarse quitar la ropa, verdaderamente madre e hijo bajo una luz amarilla de opalinas, y todo acabaría como siempre, quizá, pero quizá todo fuera de otro modo, y la iniciación del adolescente no pasara, no la dejaran pasar, de un largo proemio donde las torpezas, las caricias exasperantes, la carrera de las manos se resolviera quién sabe en qué, en un placer por separado y solitario, en una petulante negativa mezclada con el arte de fatigar y desconcertar tanta inocencia lastimada. Podía ser así, podía muy bien ser así; aquella mujer no buscaba un amante en el chico, y a la vez se lo adueñaba para un fin imposible de entender si no lo imaginaba como un juego cruel, deseo de desear sin satisfacción, de excitarse para algún otro, alguien que de ninguna manera podía ser ese chico.

[Julio Cortázar]



En fin, mejor lo dejo, que como me emocione voy a acabar poniendo la historia entera :roll:
El que quiere nacer tiene que destruir un mundo :wink:
wicker_heart...^^
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Post by wicker_heart...^^ »

y entonces me acerqué, y sus ojos eran lanzallamas y sus cabellos dorados arde Paris y sus labios rojos el corazón de fuego, y la besé, la besé como si tubieramos los minutos contados, el mundo traicionado, el veneno en el etómago, y sentí que Sara ya no quería morir porque me quería con amor loco y fugitivo y quizás un poquito desgraciado todavía, y este beso duró más de lo que tú has tardado en leer esta última página, todavía está durando

y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero
es de Martín Casariego Córdoba... :D
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Como Quieres Que siGa tu caminO si yO a contrasentiDo me sientO mejOr!! ^^

http://www.fotolog.com/wickerheart_yeah/
Zabío
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Post by Zabío »

Pesao, más que pesao.


...Es como en un ascensor, tú estás en el ascensor hablando con la gente, y no sientes nada raro, y entre tanto pasa el primer piso, el décimo, el veintiuno, y la ciudad se quedó ahí abajo, y tú estás terminando la frase que habías empezado al entrar, y entre las primeras palabras y las últimas hay cincuenta y dos pisos. Yo me di cuenta cuando empecé a tocar que entraba en un ascensor, pero era un ascensor de tiempo, si te lo puedo decir así. No creas que me olvidaba de la hipoteca o de la religión. Solamente que en esos momentos la hipoteca y la religión eran como el traje que uno no tiene puesto; yo sé que el traje está en el ropero, pero a mí no vas a decirme que en este momento ese traje existe. El traje existe cuando me lo pongo, y la hipoteca y la religión existían cuando terminaba de tocar y la vieja entraba con el pelo colgándole en mechones y se quejaba dé que yo le rompía las orejas con esa-música-del-diablo.
Dédée ha traído otra taza de nescafé, pero Johnny mira tristemente su vaso vacío.
-Esto del tiempo es complicado, me agarra por todos lados. Me empiezo a dar cuenta poco a poco de que el tiempo no es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie el relleno, en la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó. ¿Ves mi valija, Bruno? Caben dos trajes, y dos pares de zapatos. Bueno, ahora imagínate que la vacías y después vas a poner de nuevo los dos trajes y los dos pares de zapatos, y entonces te das cuenta de que solamente caben un traje y un par de zapatos. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es cuando te das cuenta de que puedes meter una tienda entera en la valija, cientos y cientos de trajes, como yo meto la música en el tiempo cuando estoy tocando, a veces. La música y lo que pienso cuando viajo en el métro...


El perseguidor. Julio Cortázar
JuLiEtTE_87
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Post by JuLiEtTE_87 »

LISÍSTRATA. Lo que tienes que hacer ya es ponerlo en el asador, darle vueltas, engatusarlo con el quiero y no quiero, y decirle que sí a todo menos a lo que conoce la copa.
MÍRRINA. Descuida, yo lo haré.

[...]

CINESIAS. ¡Los ritos de Afrodita no los cultivas hace tanto tiempo! ¿No vas a venirte?
MÍRRINA. Por Zeus, no, a menos que hagáis las paces y pongáis fin a la guerra.
CINESIA. Vale, si eso te parece bien, hasta eso haremos.
MÍRRINA. Vale, si eso os parece bien, también yo regresaré allí. Pero ahora he jurado que no.
CINESIAS. Pues acuéstate conmigo: ¡el tiempo que hace ya!
MÍRRINA. Ni hablar. Sin embargo, no te diré que no te quiero.
CINESIAS. ¿Que me quieres? Entonces ¿por qué no estás ya acostada, Mirrinita?
MÍRRINA. ¡Fantoche!, ¿delante del niño?
CINESIAS. ¡Por Zeus! (Al criado.) Manes, llévate a éste a casa. (Se va el criado con el niño.) Hala, ya se te ha marchado el niño. Y tú, ¿es que no te acuestas?
MÍRRINA. Y, ¿dónde se podría hacer eso, desdicha de hombre?
CINESIAS. ¿Que dónde? La gruta de Pan es buen sitio.
MÍRRINA. Y, ¿cómo me las arreglaré para volver luego pura a la Acrópolis?
CINESIAS. Estupendamente, antes te lavas en la Clepsidra
MÍRRINA. Y entonces, ¿voy a faltar a lo que he jurado, desdicha de hombre?
CINESIAS. Que recaiga en mí. No estés preocupada por el juramento.
MÍRRINA. Hala, pues voy a traer una cama para nosotros dos.
CINESIAS. De eso nada. Nos basta con el suelo.
MÍRRINA. No, por Apolo, aunque seas así, no te haré acostarte en el suelo. (Sale MÍRRINA.)
CINESIAS. Desde luego mi mujer me quiere, está clarísimo. (Regresa MÍRRINA con la cama.)
MÍRRINA. Aquí está, échate, acaba ya, que yo me voy desnudando. Pero, la cosa esta, la esterilla, hay que traerla.
CINESIAS. ¿Qué rayo de esterilla? Para mí no.
MÍRRINA. Sí, por Ártemis, que encima del jergón da vergüenza.
CINESIAS. Déjame que te bese.
MÍRRINA. Espera. (Sale MÍRRINA.)
CINESIAS. ¡Ay, ay, ay! Vuelve a toda prisa. (Vuelve con una esterilla.)
MÍRRINA. Aquí está la esterilla. Échate, que ya me desnudo. Pero, la cosa esa, la almohada, no tienes.
CINESIAS. No me hace ninguna falta.
MÍRRINA. Por Zeus, a mí sí. (Sale MÍRRINA.)
CINESIAS. ¿Pero es que el cipote este es Heracles convidado a un banquete?. (Vuelve MÍRRINA.)
MÍRRINA. Levántate, alza. (Le pone la almohada.) Ya tengo todo.
CINESIAS. Todo, seguro. Ven aquí, tesoro.
MÍRRINA. El sujetador me lo suelto ya. Y recuerda: no vayas a engañarme en lo de hacer las paces.
CINESIAS. ¡Que me muera, por Zeus!
MÍRRINA. ¡Pero si no tienes manta!
CINESIAS. Por Zeus, ni la necesito; joder es lo que quiero.
MÍRRINA. Descuida, eso lo harás, que vengo en seguida. (Sale.)
CINESIAS. La tía esta me va hacer polvo por culpa de las mantas. (Entra MÍRRINA.)
MÍRRINA. Ponte erguido.
CINESIAS. Bien erguida está ésta. (Señala el miembro.)
MÍRRINA. ¿Quieres que te eche perfume?
CINESIAS. No, por Apolo, a mí no.
MÍRRINA. Sí, por Afrodita, quieras o no. (Sale.)
CINESIAS. ¡Ojalá se le derrame el perfume, Zeus soberano! (Entra MÍRRINA.)
MÍRRINA. Extiende la mano, coge y úntate.
CINESIAS. (Untándose.) No es agradable el perfume este, por Apolo, sino que es retardador y no huele a boda.
MÍRRINA. ¡Qué boba! Si he traído el perfume de Rodas167
CINESIAS. Es bueno, déjalo en paz; ¡dichosa mujer!
MÍRRINA. De guasa estás. (Sale.)
CINESIAS. ¡Que reviente de mala manera el primero que consiguió un perfume! (Vuelve MÍRRINA.)
MÍRRINA. Coge este frasco.
CINESIAS. ¡Que tengo otro! Venga, calamidad, échate y no me traigas nada más.
MÍRRINA. Eso voy a hacer, por Ártemis. Ya estoy descalza, por lo menos. Pero, vida mía, tienes que votar que se haga la paz.
CINESIAS. Lo tendré en cuenta. (MÍRRINA se va.) Me ha matado, me ha hecho trizas mi mujer, y encima de todo lo demás, se marcha y me deja así, descapullado. ¡Ay!, ¿qué hago?. ¿A quién joderé, rechazado por la más guapa de todas? ¿Cómo cuidaré a esta cría? (Señala el miembro.) ¿Dónde está el Perrozorro? Alquílame la nodriza.
EL CORIFEO. En terrible desgracia, desdichado, tienes el alma afligida por haber sido engañado. También yo te compadezco. Ay, ay, pues, ¿qué riñón podría aún resistir, qué alma, qué pelotas, qué ijada, qué culo, estar así de tieso y sin joder, por la mañana?
CINESIAS. ¡Ay, Zeus, qué terribles espasmos!
EL CORIFEO. La verdad es que eso te lo ha hecho la muy guarra y la muy hija de perra.
CINESIAS. No, por Zeus, adorable y muy dulce.
EL CORIFEO. ¿Cómo que dulce? ¡Maldita y bien maldita, oh Zeus! Ojalá que tú a ella, como a los montones de paja, con una gran tempestad y torbellino, dándole vuelcos y revuelcos, te la llevaras lejos y luego la soltaras, y ella cayera de nuevo a tierra, y ¡plafl, se montara en el cipote descapullado.

(Llegan un HERALDO lacedemonio y un PRITANIS ateniense. El lacedemonio, con un gran falo en erección que destaca bajo la capa.)






:lol:
la verdad es que esta comedia no tiene desperdicio xD


Oh, edito
es Lisístrata, de Aristófanes :roll:
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.·.Que viva el poder de la fLoR!!···
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ANDALU REVOLUSIONARIO
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Post by ANDALU REVOLUSIONARIO »

Me encantaria ver a Fernando Esteso o al seductor este del pelo blanco... no se qué Fernandez en el papel de Cinesias xDDDD
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Mi blog

VIVA ANDALUCÍA LIBRE Y SOCIALISTA!!!
JuLiEtTE_87
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Arturo es sexi :lol:
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AIDA_cantasaetas
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Post by AIDA_cantasaetas »

Es lo que tiene el insomnio.


- Este pueblo está lleno de ecos. Tal parece que estuvieran encerrados en el hueco de las paredes o debajo de las piedras. Cuando caminas, sientes que te van pisando los pasos. Oyes crujidos. Risas. Unas risas muy viejas, como cansadas de reír. Y voces ya desgastadas por el uso. Todo eso oyes. Pienso que llegará el día en que estos sonidos se apaguen.

Eso me venía diciendo Damiana Cisneros mientras cruzábamos el pueblo.

- Hubo un tiempo que estuve oyendo durante muchas noches el rumor de una fiesta. Me llegaban los ruidos hasta la Media Luna. Me acerqué para ver el mitote aquel y vi esto: lo que estamos viendo ahora. Nada. Nadie. Las calles tan solas como ahora.

Luego dejé de oírla. Y es que la alegría cansa. Por eso no me extrañó que aquello terminara.



......................................................................................................................



- Allá afuera debe estar variando el tiempo. Mi madre me decía que, en cuanto comenzaba a llover, todo se llenaba de luces y del olor verde de los retoños. Me contaba cómo llegaba la marea de las nubes, cómo se echaban sobre la tierra y la descomponían cambiándole los colores... Mi madre, que vivió su infancia y sus mejores años en este pueblo y que ni siquiera pudo venir a morir aquí. Hasta para eso me mandó a mí en su lugar. Es curioso, Dorotea, cómo no alcancé a ver ni el cielo. Al menos, quizá, debe ser el mismo que ella conoció.

- No lo sé, Juan Preciado. Hacía tantos años que no alzaba la cara que me olvidé del cielo. Y aunque lo hubiera hecho, ¿qué habría ganado? El cielo está tan alto, y mis ojos tan sin mirada, que vivía contenta con saber dónde quedaba la tierra. Además, le perdí todo mi interés desde que el padre Rentería me aseguró que jamás conocería la Gloria. Que ni siquiera de lejos la vería... Fue cosa de mis pecados; pero él no debía habérmelo dicho. Ya de por sí la vida se lleva con trabajos. Lo único que la hace a una mover los pies es la esperanza de que al morir la lleven a una de un lugar a otro; pero cuando a una le cierran una puerta y la que queda abierta es nomás la del Infierno, más vale no haber nacido... El Cielo para mí, Juan Preciado, está aquí donde estoy ahora.

- ¿Y tu alma? ¿Dónde crees que haya ido?

- Debe andar vagando por la tierra como tantas otras; buscando vivos que recen por ella. Tal vez me odie por el mal trato que le di; pero eso ya no me preocupa. He descansado del vicio de sus remordimientos. Me amargaba hasta lo poco que comía, y me hacía insoportables las noches llenándomelas de pensamientos intranquilos con figuras de condenados y cosas de ésas. Cuando me senté a morir, ella me rogó que me levantara y que siguiera arrastrando la vida, como si esperara todavía algún milagro que me limpiara de culpas. Ni siquiera hice el intento: "Aquí se acaba el camino - le dije -. Ya no me quedan fuerzas para más". Y abrí la boca para que se fuera. Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón.


["Pedro Páramo", Juan Rulfo]
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Zabío
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Post by Zabío »

Glup


Harux y Harix han decidido no levantarse más de la cama: se aman locamente, y no pueden alejarse el uno del otro más de sesenta, setenta centímetros. Así que lo mejor es quedarse en la cama, lejos de los llamados del mundo. Está todavía el teléfono, en la mesa de luz, que a veces suena interrumpiendo sus abrazos: son los parientes que llaman para saber si todo anda bien. Pero también estas llamadas telefónicas familiares se hacen cada vez más raras y lacónicas. Los amantes se levantan solamente para ir al baño, y no siempre; la cama está toda desarreglada, las sábanas gastadas, pero ellos no se dan cuenta, cada uno inmerso en la ola azul de los ojos del otro, sus miembros místicamente entrelazados.

La primera semana se alimentaron de galletitas, de las que se habían provisto abundantemente. Como se terminaron las galletitas, ahora se comen entre ellos. Anestesiados por el deseo, se arrancan grandes pedazos de carne con los dientes, entre dos besos se devoran la nariz o el dedo meñique, se beben el uno al otro la sangre; después, saciados, hacen de nuevo el amor, como pueden, y se duermen para volver a comenzar cuando despiertan. Han perdido la cuenta de los días y de las horas. No son lindos de ver, eso es cierto, ensangrentados, descuartizados, pegajosos; pero su amor está más allá de las convenciones.


Juan Rodolfo Wilcock
, El estereoscopio de los solitarios
brenes
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Post by brenes »

-<<Déjalo, tío. ¡La ardilla no molesta a nadie!>>. Odio la forma en que a Mark le mola hacerle daño a los animales. Está mal, tío. No puedes quererte a ti mismo si quieres hacer daño a este tipo de cosas. Quiero decir, ¿qué esperanza hay? La ardilla es hermosa que te cagas. Sólo está haciendo lo suyo. Es libre. Quizá sea eso lo que Rents no soporta. La ardilla es libre, tío.




-[...] cree que padezco insuficiencia de autoestima, y que me niego a reconocerlo proyectando la culpa sobre la sociedad. Él piensa que mi mecanismo para anular las recompensas y alabanzas (y también la condena) que la sociedad pone a mi alcance no es un rechazo de estos valores de por sí, sino un indicio de que no me siento lo bastante bueno (o lo bastante malo) para aceptarlos. En vez de coger y decir: no creo que posea estas cualidades (o: pienso que soy mejor que todo eso), digo: de todos modos es un montón de puta mierda.

Hazel me dijo, justo antes de decirme que no quería verme más, cuando empecé a picarme por enésima vez: "sólo quieres joder la marrana con las drogas para que todo el mundo piense lo profundo y lo jodidamente complicado que eres. Resulta patético, y es un puto aburrimiento".

En cierto sentido, prefiero el punto de vista de Hazel, Hay un elemento de ego en él. Hazel entiende de las necesidades del ego. Es escaparatista en un gran almacén, pero se describe a sí misma como una "artista del despliegue para el consumo". ¿Por qué iba a rechazar al mundo, verme a mí mismo como mejor que él?. Porque sí, por eso. Porque lo soy, me cago en Dios, y punto.

La consecuencia de ésta actitud es que me han enviado a esa mierda de terapia/consejos. Yo no quería todo esto, pero era esto o la cárcel. Esta mierda me enturbia las aguas, me confunde en vez de clarificar las cuestiones. Básicamente, lo único que pido es que cada cual se ocupe de sus propios asuntos y yo haré otro tanto. ¿Por qué será que sólo porque uno utiliza drogas duras todos los cabronazos se creen con derecho a diseccionarte y analizarte?

Una vez que aceptas que tienen ese derecho, te unirás a ellos en la búsqueda de ese Santo Grial, esa cosa que te hace funcionar. Entonces los escucharás, y te dejarás embaucar hasta creerte cualquier teoría sacada del culo que escojan atribuirte sobre tu conducta. Entonces eres suyo, no tuyo; la dependencia se desplaza de la droga a ellos.

La sociedad inventa una lógica falsa y retorcida para absorber y canalizar la conducta de la gente cuyo comportamiento está fuera de los cánones mayoritarios. Supongamos que conoces todos los pros y los contras, sabes que vas a tener una vida corta, estás en posesión de tus facultades, etc., pero sigues queriendo usar la heroína. No te dejarán hacerlo. No te dejarán hacerlo porque lo verán como una señal de su propio fracaso, el hecho de que simplemente elijas rechazar lo que tienen para ofrecerte: elígenos a nosotros. Elige la vida. Elige pagar hipoteca; elige lavadoras; elige coches; elige sentarte en un sofá a ver concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu atiborrándote la boca de puta comida basura. Elige pudrirte en vida, meándote y cagándote en una residencia, convertido en una puta vergüenza total para los niños egoístas y hechos polvo que has traído al mundo. Elige la vida.

Pues bien, yo elijo no elegir la vida. Y si los muy cabrones no pueden soportarlo, es su puto problema. Como dijo Harry Lauder, yo sólo pretendo continuar hasta el final del camino.



Trainspotting, Irvine Welsh.
AIDA_cantasaetas
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Post by AIDA_cantasaetas »

Hola Breneees ^^



"Entre uno mismo y la realidad se interponen multitud de impurezas: la más grave de ellas es el cuerpo. No estoy proponiendo que nos despojemos de él (entre otras cosas, no sabríamos cómo hacerlo), sino constatando que su espesor nos impide el contacto con todo lo esencial."

J.J.Millás (Cuerpo y prótesis)
El que quiere nacer tiene que destruir un mundo :wink:
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