Relatos

dejedi-M
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Acaparando... xD

"A la Luna a merendar"

Sus ojos eran entre mar e índigo. Había aprendido -a base de mucho esfuerzo- a hacerse sola las coletas; en ellas, con gomas de alegres colores, recogía sus rizos castaños. Y sus escasos cinco años no habían sido suficientes para acabar con su inocencia. Su nombre era María, la niña que fue olvidada. Y su nombre de verdad, el que a ella le gustaba, Ereandil, que le inspiraba selvas con cabañas en la copa de los árboles, y ninfas, y elfos, y cascadas, y también olor a madera de cedro y a libro antiguo, y a tostadas -como aquellas que había probado un día en casa de Antón-, pero sobre todo le olía a libertad.

Él era Pablo. Sus papás eran ricos, o eso decía; no jugaba en la arena por si se manchaba la chaqueta nueva. Iba siempre empingorotado, con mucha gomina y un aire de superioridad clavado en las entrañas, inculcado sin duda desde el momento en que fue concebido. Soltó un ostentoso sonido que quería ser carcajada e hizo una mueca que soñaba ser sonrisa cuando ella le explicó que debía llamarla Ereandil.

-Los elfos cantarines sólo existen en tu cabeza, boba. -Le espetó, cruel.

Después de aquello, la niña no había mencionado su nombre, y se contentaba con que de vez en cuando alguien la llamara "oye, tú". Con todo, en su cabecita no abandonaba a los elfos, las ninfas y las hadas de los cuentos que su abuelo le narraba.

Pablo le caía bien. No importaba que la llamara boba y no tomara en serio sus fantasías, pues al menos él accedía de tanto en tanto a jugar con ella en el parque cercano, y el resto eran nimiedades que la niña podría pasar por alto con un poquito de esfuerzo. Además un buen día le había visto reír; se le iluminaron los ojitos negros con una chispa de vida inusual en él. Duró poco, pero fue suficiente.

A María, o mejor, Ereandil, le encantaba mirar la Luna. Sentía una gran fascinación por su peculiar brillo, por sus manchitas -que tan bien conocía ya-, por su aspecto sereno y tranquilo y por el halo de misterio que la envolvía.

-Oye, Pablo. ¿Se puede llegar a la Luna? -Cuestionó cierta vez la chiquilla, observando atentamente cómo el niño se entretenía tapando un hormiguero.
-Pues claro. -Respondió él, pensativo. -Claro que se puede. Con cohetes y todo eso.

Ella reflexionó durante un par de minutos que Pablo aprovechó para taponar del todo el hormiguero, no sin antes arrojar el zumo que le había sobrado de la merienda para que sus indefensas víctimas sufrieran.

-Pero... -dudaron las ensortijadas coletas- ¿si yo cogiera la escalera de Antón, llegaría a la Luna?
-¡Qué dices, boba! ¡Eso ya lo intentaron! ¿No ves que está muy lejos?
-Algún día podremos ir allí a merendar. -Afirmó, segura de sus palabras.- ¿Vendrás conmigo? -Quiso saber, y sus ojos azules estaban anegados de lágrimas por la emoción que suponía aquel viaje.
-¡Boba! ¡Más que boba! ¡Allí no se puede ir! ¡Vete, lárgate! -Estalló Pablo, harto de las niñerías de su compañera.

Afligida y enojada con su amigo, echó a correr hacia su casa. El mar lloraba. Y Pablo, aunque contrariado, siguió masacrando sus hormigas.


Varios días más tarde, tras mucho buscarla por todos los rincones y recovecos del lugar, Pablo la encontró en el tejado. Llevaba los pantalones rasgados por todas partes, no quedaba rastro de la gomina ni de su antigua altivez. A sus nueve años, había comprendido cuál era la excursión que tanto traía de cabeza a los mayores. Una gota de sudor le resbalaba por el rostro, ¿o quizá era una lágrima?
No supo qué decir. Cómo reaccionar. Sencillamente, se arrodilló a su lado y contempló la Luna llena. Acarició con cuidado, como si de porcelana se tratase, la rodilla de la que a él le pareciera la reina de las elfas, la más bonita a pesar de sus ropas harapientas y sus coletas mal hechas.
-Ereandil, ¿vendrás conmigo a merendar a la Luna algún día? -Murmuró, apenas sin voz.
Ella le tomó la mano, pero no dijo nada.

En la lejanía, con la leve luz del crepúsculo, distinguieron las figuras de sus padres.


-Mamá, yo sólo quería una escalera para ir a la Luna a merendar... La cogí prestada al tío Antón, ¿se habrá enfadado conmigo? Quería… -Se excusó la niña ante su madre, conteniendo los sollozos.

Aquella desconocida que nunca se había preocupado por ella y que ahora, sólo ahora, lloraba de alivio al verla sana y salva, escrutó su mirada. Los ojos eran entre mar e índigo. Había aprendido -a base de mucho esfuerzo- a hacerse sola las coletas; en ellas, con gomas de alegres colores, recogía sus rizos castaños. Y sus escasos cinco años no habían sido suficientes para acabar con su inocencia...
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"Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo..." (H.Hesse)
mapixi
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Post by mapixi »

"Hoy he descubierto por qué no temo la muerte. No quiero llegar a vieja, sola, y darme cuenta -titubeó unos instantes antes de continuar la frase- de que me he equivocado. Llegar a ese punto en que no hay vuelta atrás, recordar, y ver que erré en todos mis planteamientos. Prefiero morir joven y pensar que he disfrutado de la vida tal y como yo quise."

Esto lo he encontrado escrito dentro de una agenda del año 2000 :? , el papel estaba amarillo y no se de que libro lo saqué... Pero hoy lo he releido y me ha llegado el mensaje.

PD:Alguien sabe de q libro es?? Graciasss
Hermana mapixista
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No som diferents, només instants del temps.
Wolfmoon
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Post by Wolfmoon »

mapixi wrote:"Hoy he descubierto por qué no temo la muerte. No quiero llegar a vieja, sola, y darme cuenta -titubeó unos instantes antes de continuar la frase- de que me he equivocado. Llegar a ese punto en que no hay vuelta atrás, recordar, y ver que erré en todos mis planteamientos. Prefiero morir joven y pensar que he disfrutado de la vida tal y como yo quise."


Yo no se de que libro es, pero si lo averiguas, por favor házmelo saber. A mí también me ha llegado, y mucho, básicamente porque estoy completamente de acuerdo. A eso es a lo que más miedo tengo en el mundo, mucho, mucho.
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MaRuJoNa #58)
cronopio
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Post by cronopio »

"Amantes, luchadores y poetas,
todos aprendimos la lección:
nadie te pondrá una flor,
nadie escribirá tu esquela,
tenlo en cuenta:
nadie besa al perdedor."
[J.I. Lapido "Nadie besa al perdedor"]

"Sentireis que se ha parado el tiempo,
pedireis un último deseo
(...)
Pagad la salvación a plazos,
seguid votando cada cuatro años,
tendreis derecho a ser explotados,
a pedir perdón, a cruzar el mar a nado:
los domingos son blancos y los sábados negros...
hoy traigo noticias del infierno."
[J.I. Lapido "Noticias del infierno"]
Last edited by cronopio on 06 Nov 2011, 23:44, edited 1 time in total.
"He visto tu cara ardiendo en un lienzo de agua, y me he sumergido en un sueño sin poderte tocar, formando un mosaico de sombras, buscando a ciegas lo que sé que no está."
orsan

Post by orsan »

Esquizofrenia

Un martillo golpeaba mi cabeza insistentemente. El dolor iba in crescendo a medida que me consciencia perdia la ultima de sus funciones: despertar mis funciones vitales.
Como participante en un ancestral rito de vudu, mi conciencia no respondia a los estimulos fisicos de mi exterior, y mi organismo resucitaba cada vez que la volvia a probar. Era ella la que levantaba mi animo, y adulteraba mi conciencia hasta hacerla parecer humana.
El tintineo de una cadena en mi cerebro me desperto del sueño profundo. De subito vi pasar mi vida ante mis ojos. El alcohol regaba mis venas, el LSD adulteraba mi percepcion, solo quise sentir
Como me decia mi amigo Harold, la revolucion empieza por uno mismo, pero en esta revolucion no habia fuerzas principales, ni traidores, ni siquiera revolucionarios. Unicamente habria vencedores y vencidos.
Los vencedores levantarian la bandera de la vida o de la muerte, segun la mortaja

Senti un enorme vacio en mi estomago, hacia horas que no probaba bocado. Lo sentimientos contradictorios se acumulaban: frio y calor, dolor y placer..etc. Las mejillas me ardian pero tenia frio en el cuerpo. Me acerque a ponerme mi camiseta de los Ramones mientras observaba un anuncio a traves de la ventana" La felicidad a un paso de ti. Haz lo que quieras con tu dinero. Dispone de el en cualquier circusntancia. ING DIRECT".
Me pare a pensar en el anuncio y las consecuenias fueron letales para mi: ¿de que dinero podia disponer? ¿de aquel que me costaba ganar las horas que me insinuaban que destinara a gastarlo?. Me hubiera gustado tener enfrente al ingenioso publicista dueño de tan magna idea para quitarle sus sucia sonrisa de un tortazo. Me tenia que conformar con terminarme el porro que anoche deje empezado

I. Con la venia, señoria.

- Mi acusado solo es culpable de ejercer su libre derecho de expresion,
-No puede haber dentro de un sistema democratico como el nuestro, ideas que siquiera insinuen la posibilidad de su quiebra
- Entonces eliminemos a los economistas-sugirio alguien entre el publico de la sala
En el jucio habia mas medios de comunicacion que presentes, incluyendo a aquellos que ejercian su trabajo aquel dia: abogados, jueces, acusados y acusadores. En este caso el acusado era un prestigioso periodista radiiofonico culpable de profanar una de las maximas del regimen establecido: el genocidio fue una atroz matanza ordenada desde el odio mas irracional. Nuestro periodista tenia otra vision, el genocidio fue la treta politica que permitio al sionismo mantenserse en el poder y justificar las ayudas del sistema.
El acusado era abiertamente nacional-socialista y su ideologia redundaba en una audencia millonaria, no se sabe si por la vigencia de sus dogmas o por lo interesante de su retorica repleta de citas e insultos propios del mejor Quevedo.
Los acusadores representaban un importante consorcio mediatico que veaian peligrar su cuota de ganancias, en beneficio de las publicaciones del agitador de las ondas junto por supuesto al ministerio fiscal, ducho en participar en cazas de brujas.

Los reducidos bastiones franquistas y xenofobos que quedaban en el pais, unido a correlegionarios del acusado habian decidio utilizar el jucio de denuncia publica del sistema imperante.El resto de la sociedad se mantenia imperterrita ante los muertos que unos y otros permanentemente se lanzaban.
Yo no sabia en calidad de que acudia, le tenia profundo asco al periodista radiofonico pero aun mas a las disputas triviales por la mas alta verdad ideologica condemsadas en las gotas de Chanel numero 5 que la fiscal se aplico antes de la sesion convenientemente en el coño.
La perra no dejaba de berrear:
- Es intolerable que se permita el mensaje xenofobo de este hombre

Dias antes los principales medios de comunicacion habian decidio calentar el ambiente con realidades enfrentadas en nombre de la pluralidad que habian conseguido que el ciudadano de a pie desisitiria de entender el porque de la trifulca. Se situaban en la opinion del partido politico que representaba su espectro ideologico.

LLegaba el momento de escuchar al famoso locutor: las radios y televisiones conectaron en directo para seguir la alocucion.

- Queridos camaradas, compañeros, amigos y todo aquel que me escuche.¡He muerto!. Si, ¡he muerto!. Y mis asesinos estan hoy aqui con nosotros
(El tumulto en la sala era increible, unos y otros se miraban incredulos). Hoy me van aplicar la mayor pena que se le puede aplicar a un hombre: me van a despojar de mi conciencia. Es mas, ese despojo va a ser tal que nunca mas podre ser libre. Hoy van a permitir que un ciudadano de este sistema no puedo volver a expresar su libre opinion, la expresion de sus conciencia.
Hoy se va acometer un asesinato delante de todos ustesdes.¿Donde estan las ONG`S?¿Donde estan los defensores de los derechos humanos?. O acaso solamente defienden aquellos intereses que mejor los guardan. ¿Acaso no les interesa defender la libertad de expresion de aquellos que guardan en su conciencia aun hoy la llave de la revolucion?
Seguro que no. Seguro que hoy nadie saldra en favor de la libertad de expresion. Seguro que nadie expresara sus condolencias a mi familia por esta detestable muerte
Señores, ¡HOY MUERE MI SER!. Hoy desfallece mi existencia. Hoy he perdido la consciencia. Y esa droga tan potente que ha obrado tal milagro se llama capital

II Dos mas dos son cuatro

Los domingos por la tarde nunca eran buenos dias para mi. Me despertaba tarde, con dolor de cabeza, y normalemente con la vejiga llena debido a las altas tasas de alcohol ingeridas la noche anterior. Era mi forma de no ser yo.
Desde jven encontre en el OH mi forma de desembarazarme de los problemas: de la enfermedad de mi padre, de los conflictos con mi pareja o de los despidos . Siempre sali de ellos tras una trasfusion de jack daniels mezclado con schweppes.
Ahora mis habitos habian cambiado ademas debia destrozar un par de postes telefonicos, unos cuantos retrovisores e insultar alguna pareja de maricones que fueran camino de la movida. De su movida, claro.

Aun recuerdo cuando en la universidad me interesaba por el existencialismo Sartriano, intetaba descubrir las razones del asesinato de Mozart por parte de su rival Salieri o incluso los motivos territoriales que desencadenaron las gueras punicas. En definitiva intentaba formar un ariete imposible entre mi ser y mi estar. Entre aquello que me interasaba y aquello a lo que me dedicaba.
Nunca fui capaz de reeesribir el capital, ni siquiera de encontrar una solucion mejor al New Deal pero me apasionaba el descubrimiento de la falsa belleza de Cleopatra o las razones que instigaron a Policleto a realizar el Doriforo o incluso las razones filosoficas que se desprende del dialogo "El banquete" de Platon.
En realidad era un idealista reconvertido en materialismo por la fuerza de la razon. En el fondo, recomponia mi mundo a base de libros de autoayuda y frases inventadas de los poemas de Benedetti.
Todo eso cambio cuando conoci una formula rapida y eficaz de ganar pasta; trasportar drogas de un lado a otro de la ciudad. A mi no me gustaba llamarlo camello aunque sinceramente era su expresion mas adecuada. Yo decia que era transportista. Y la verdad es que no erraba en el diagnostico

Pronto en mis repartos conoci a un inquietante personaje del que hablare mas tarde, el me enseño todo lo que sabia de este negocio, que no era mucho Pero que me sirvio para responder a mi cuerpo cuando las adversidades cada vez eran mas dificiles de superar. Como el decia "dos y dos son cuatro" Y si yo te pago dos, otros dos son mios

III Una explicacion diferente de la guerra

Cuando llegue a esta ciudad aun no habia nacido. Mi padre le puso mi nombre del primer Ford Forita que se vio por estos lares. Y eso nos ha dejado el sobrenombre de la familia forita. Y al coche el sobrenombre de Enric
Naci en una colorida ciudad industrial, la familia Espluges dominaba el tejido industrial. Y los politicos eran como en todos los sitios. La diferencia es que aqui la heroina habia dejado un rastro de sangre que no borraba ni todo la lejia del mundo.
Mi abuelo se alisto pronto en el ejercito, le entusiamaban los temas militares tanto como odiaba la disciplina ideologica de los rojos. Se acomodo pronto y llego a general de brigada, demostro su valia y blabalbla. Esto no es un relato militar.
La historia es que ademas de foritas, eramos fachas," y a mucha honra" en palabras de mi abuelo. Pronto reconverti mi ideologia en la oficial de aquellos años: el punk y las drogas.
Pero aun seguia manteniendo conversaciones con mi abuelo en charlas que digamos me daba otro enfoque de la guerra. Un enfoque que nunca habia oido.

- Pero a ver, abuelo. Las historias de buenos y malos estan profundamente desfasadas.¿Que coño importa quien ganara?Lo que importa es lo que se gano
- Importa como se gano. Porque de esa forma se volvera a ganar. Con la unidad y sobre todo sembrando la desunion en las filas contrarias. La psicologia es casi mas importante que las bombas. Las ideas son mas poderosas que las armas. Nosotros no dejamos que nuestros enemigos tengan armas, ¿porque dejariamos que tuvieran ideas?
- Dices que lo importante es reprimir las ideas
- Lo importante, es no dejar que las ideas revolucionarias manen del pueblo, si no que se detengan en el.

IV. ¿Qué es libertad?

Desde muy joven tuve novia. Me considero promiscuo. Nunca estuve solo, ni siquiera en los tiempos en que tenia pareja. Siempre me acompañaba alguna mujer en mis aventuras nocturnas.
Pero siempre todos, recordamos una con especial cariño. La mia fue una cabaretera y aun a riesgo de parecer Humprey Bogart fue ella la que vino a buscarme
- ¿Fumas?
- -Si –dije yo.
- Dame un cigarro
- No tengo
- No decias que fumabas. Replico ella en una mueca divertida
- Si, pero no fumo tabaco

Al cabo de los dias, ella decidio sentarse junto a mi, en la mesa 18 del Cabaret(curiosa forma de llamar a un mugroso bar de putas). Enseguida comenzo a interrogarme

- ¿Qué es para ti la libertad?
- ¿Por qué lo preguntas?- respondi yo
- ¿Sabes? Es de mala educación responder a una pregunta con otra.
- No creo que en tu situacion la educación te ayude mucho

Fuertes gritos de la planta de arriba cortaron nuestra conversación, ella se levanto a cerciriosarse de que ocurria. Yo decidi que no volveria nunca mas a este local. Lo que menos me apetecia era que una puta quisiese saber que es la libertad. Como si alguno la hubieramos conocido

V. Estoy destrozado por dentro

Todos tenemos amigos. Y no nos engañemos no todos se pueden considerar amigos. A muchos de ellos ni siquiera los catalogamos como tales, otros directamente hacen mas meritos para considerarse enemigos
Tengo la maxima de huir de una relacion en el momento en que esta se ocupa unicamente de rellenar lugares comunes con enfrentamientos o encuentros dirigidos y controlados. Es decir, huyo permanentemente del compromiso de la amistad por la amistad, y del amor por el amor.
Admito que nunca practique el amor y por mucho que preguntara nadie fue capaz de darme una idea de cómo coño se hacia eso. De cómo cojones se amaba
Lo mas cercano lo encontre en un libro” La esencia del cristianismo”. En aquellas noches en la biblioteca tenia tiempo de ojear la estantería de filosofia donde se amontonaban las esteriles soluciones a los problemas del mundo.
Siempre me atrajo la palabra esencia, uno de esos terminos junto a libertad, o igualdad que todo el mundo se apropia y nadie explica su significado real. Ya me percate que tal significado directamente no existia.
En ese libro, Feuerbach pretende frenar la atomizacion de las religiones y condensarlas en una sola. Incluso es capaz de definir el amor,(pero lo hace de tal forma que el dilema después de su lectura es doble)

“El amor es el principio de mediación entre lo perfecto y lo imperfecto, entre la ley y el corazón, entre lo divino y lo humano. Eso es el amor”

En realidad el libro me atraia pero como con las amistades o los amores la presencia de lugares comunes rompio la magia.
Enseguida llego la plasmación de esos lugares comunes. Un viejo amigo, dotado del mejor de los instintos para dar el braguetazo, necesitaba ayuda.

- Estoy destrozado por dentro
- ¿Qué te pasa?
- Mi ex me ha dicho que se quiere olvidar de mi
- Es lo normal, tio. Ojala pudiera olvidarme yo de las mias
- Pero es que… yo quiero volver con ella
- ¡Pues diselo!
- Pero ahora no

Continuara..
nora

Post by nora »

dejedi-M wrote:Image


Anda, Dejedi, ¿de dónde has sacado esta foto? que he visto que sale de un esflog :S
dejedi-M
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Post by dejedi-M »

nora wrote:
dejedi-M wrote:Image


Anda, Dejedi, ¿de dónde has sacado esta foto? que he visto que sale de un esflog :S

Del mío :oops:
La foto la cogí de alguien del foro (no recuerdo quién), si alguien reclama o algo ya la quitaré :oops: es que no recuerdo de quién era. ...
Si quieres echar un vistazo a mi esflog... la foto rondará por el archivo
"Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo..." (H.Hesse)
nora

Post by nora »

No no, la foto es mía, pero vamos, que puedes hacer con ella lo que quieras, simplemente era curiosidad, de verla en un esflog.

Me voy pa clase.

Tengan felices días ^^
Guest

Post by Guest »

Como no se donde ponerlo lo meto aqui.

Hoy he escrito una carta con destino directo...

"Querido nadie:

Si me estás viendo, si me estás escuchando...

Hoy te eché de menos y lloré. Necesité tus palabras, tus abrazos, tus sonrisas y tus miradas que me arropaban al cruzarse con mis ojos.
De nada sirve ya recordar tiempos mejores, observar con tristeza como escapó tu vida entre risas, entre cervezas, entre amigos...

Hoy te eché de menos y lloré. Necesité tus brazos fuertes, tus ágiles piernas y tus manos reparadoras.
De nada sirve ya escuchar de nuevo tus canciones, observar cómo tus sueños se fundieron con el aire, con la brisa, con la lluvia...

Hoy te eché de menos y lloré. Necesité tus lágrimas conmigo, tu cabeza pensante y tu espalda cargando parte de mis pesares.
De nada sirve ya llorar por tu ausencia, mirar con recelo tus fotos para devolverte a una vida a la que ya nunca volverás...

Hoy te eché de menos y lloré. Necesité llorar junto por ti, por ella, por ellos... Igual que cada madrugada, igual que cada amanecer..."

Hoy he escrito una carta con destino al cielo.
Guest

Post by Guest »

No soy yo muy pródigo en esto de los relatos, pero creo que esto encaja más aquí que en cualquier otro apartado, así que ahí va.


Diez minutos después del canto del gallo que se escondía en su reloj de mesita, vio a las agujas dar brincos al azar. Las 12.30, ahora las 17.52, las 6.07...de repente, todo cobró sentido.

Se acercó al lavamanos y trató de disolver las legañas a base de enérgicos chapuzones que salpicaban por igual a sus orejas, a la puerta del aseo y al espejo en que se detuvo su vista y, con ella, viendo pasar el tiempo, su concentración, siembre abstraída. En ese instante, sus neuronas recorrieron el reflejo de los laberínticos vericuetos de los azulejos hasta descubrir su remota simplicidad.

Decidió que se demoraría en el trayecto al trabajo. Fue a la cocina en busca de un par de magdalenas y el café con leche, engañado por la costumbre. Mientras desayunaba, su nervio óptico se salió de las órbitas y, a modo de endoscopio, recorrió los interminables túneles que alguien construye en la miga de todas las magdalenas, siempre distintos. Al salir de ellos, se sintió indispuesto.

Salió al balcón en busca de aire fresco. Recostado en la barandilla vio accidentalmente a la vecina del primero, despojándose del albornoz que la protegía del frío húmedo de después de la ducha y de su vecino, mirón ocasional: avergonzado y reanimado de su mareo a partes iguales. Las miradas no llegaron a cruzarse porque él se giró y, appoyando los codos y las lumbares en la barandilla, reprimió la tentación que proponía su testosterona matutina y congeló la imágen de su vecina para mejor ocasión: esas paradisíacas dunas de arena que conducían al cónico templo: la pirámide. Y, entre sus pasadizos, el tesoro.

Volvió al baño, se duchó con agua fría y se recogió de nuevo en su cama, esperando a que el despertador de horas, minutos y segundos aleatorios volviera a cederle el turno al gallo.

Jamás despertó.


yeison
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Post by Adrianucho »

Este pequeño relato lo he titulado "Nacer".

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Llorando, con el cuerpo encorvado, permanecía un bebé dentro del vientre de su madre, esperando la hora del parto. No estaba solo. A su lado se encontraba su hermano. Él no lloraba. Se conocían desde hacía nueve meses exactos y siempre había sido así; uno lloraba y el otro no. "No seas tan negativo", le decía el optimista al pesimista, "es imposible que el mundo que nos espera sea tan terrible como aseguras". Ambos hermanos habían mantenido numerosas conversaciones sobre lo que habría en el mundo y cada una de ellas había acabado con la misma división de opiniones.

"En el momento de nacer y ver lo que hay al otro lado", decía el optimista, "nos daremos cuenta de que todo será practicamente igual que ahora. Viviremos menos apretujados, porque en todo el mundo habrá espacio suficiente como para que cada uno de nosotros tenga una enorme burbuja donde flotar y ninguno le usurpe el espacio a otro. Esa burbuja será como la bolsa en la que ahora estamos, con un líquido templado para no pasar frío ni calor. Cuando tengamos hambre nos bastará con dar dos pataleos sobre la pared de la burbuja e inmediatamente recibiremos alimento. Si nos apetece jugar o reír no tendremos más que salir de nuestro habitáculo y caminar por el vasto mundo con nuestros pies descalzos, sintiendo el cálido suelo, haciendo amigos por donde vayamos. Y cuando queramos dormir volveremos a nuestra burbuja y nos cantarán una nana, como las que escuchamos cuando papá se acerca a mamá y pone su cara por encima de nosotros para susurrarnos una canción. Estoy deseando salir de aquí para poder experimentar todo lo que te he dicho. Ese será el mundo en el que vivamos por siempre."

"Eres un iluso", replicaba el pesimista, "si yo mismo soy capaz de pensar negativamente, ¿cómo es posible que no lo haga un único habitante en el mundo y éste corrompa a otros? Somos hermanos que compartiremos un mismo parto y nuestros pensamientos son opuestos. ¿Por qué no ha de haber muchas otras maneras de pensar, de ver la vida, allá afuera? Es muy fácil creer que nada va a cambiar cuando salgamos, pero yo tengo una sensación que tú no posees: el miedo. Saldremos de aquí con un espasmo, la bolsa se romperá y nos quedaremos sin este cálido líquido que nos mantiene inmersos. Padeceremos frío y calor, pero no más que otros menos afortunados. La luz tenue y suave que ahora nos alumbra se convertirá en cegadora, como advirtiéndonos de que estaremos vigilados hasta la perpetuidad. Este tubo que nos proporciona comida se cortará, no podremos permanecer eternamente unidos a nuestra madre, y tendremos que alimentarnos de otra manera. No habrá comida para todos, pues no todos tendrán madre, y algunos querrán más comida que otros, arrancándosela de las manos a los que escasean si se precisa. Al igual que tú intentas convencerme y yo a ti, en el mundo habrá personas dominantes pisoteando a los demás; si te quejas, recibirás castigo. Y por supuesto no podrás caminar libremente por donde desees, ya que al no haber burbujas donde vivir, los territorios no estarán equiparados y muchas de las personas dominantes prohibirán el paso por el suyo, privándonos de deleitarnos con bellos parajes. Además no todos los terrenos serán agradables de pisar ni cálidos, debiendo usar abrigo para los pies. Mamá no estará disponible para cualquiera cuando alguien quiera oír una nana antes de dormir; muchos dormirán solos, al igual que muchos vivirán solos, sin amigos, sin poder jugar, sin poder reír, y desearán abandonar este mundo, cediendo su lugar a otros."

Estos argumentos se repetían una y otra vez, hasta que llegó la hora de la verdad. El parto fue difícil, la madre gritaba y los bebés estaban asustados. El hermano optimista notó cómo abandonaba ese líquido donde estuvo viviendo nueve meses y sentía frío. Comenzó a recibir una intensa luz que le hizo cerrar los ojos. Entonces una mano lo agarró, lo sostuvo en mitad de la nada y recibió varias palmadas dolorosas. ¿Tendría razón su hermano? Rompió a llorar y prefirió olvidar todo lo acaecido en el vientre de su madre y vivir desde cero, a partir de la ignorancia.

El bebé pesimista fue dado a luz sin dolor ni lágrimas; había nacido sabiendo y estaba dispuesto a comerse el mundo.
... "Querías volar, caminar no era digno de ti; querías volar y tu sueño se truncó. Se quebraron tus alas de cristal" ...
jason
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Post by jason »

Desmelenado y legañoso amaneció temprano por primera vez en varios meses. Desayunó copiosamente, a base de bollería industrial y leche. Tal exageración dio lugar a tres apresurados viajes con destino al retrete, cuya tapa siempre esperaba bajada, sudorosa ante lo que se le venía encima.

Tembloroso como tiembla un humano medio en momentos de vertiginosa actividad intestinal, preparó un café y lio el primer porro del día, aún con los ojos sellados. Enchufó la tele y, sin saber si estaba en el limbo o en la vida real, cayó en una profunda pesadilla de noticiarios televisivos.

Una mujer muere días después de ser quemada en Calonge, Girona, por su marido, a quién han ingresado en el hospital por haberse intentado suicidar (sin duda, lo intentó un pelín tarde, el hijo de la grandísima). Entre una y dos docenas de skins detenidos en Valencia por disturbios nocturnos (léase palizas) durante el fin de semana. Muere una periodista que iba a largar sobre un presidente corrupto. Los medios de comunicación arden de solidaridad por su colega de profesión, con la boca llena de libertad. Que si ya van 12 en Rusia (¿cuantos en total?), que si censura, que si, que no, que no vamos bien. Y el informado medio, medio informado, sigue sin saber qué pasa en Rusia, porque a una voz callada a bocajarro, no se le da voz, sólo repercusión. Que si Pyongyang hace que tiemble Güasintón; que hace que tiemble el Corán; que hace que tiemble la Biblia; que hace que tiemblen las tribus. Y menos mal de Fernando Alonso.

Tras el café, decide acercarse a la nevera y coger una cerveza. Mejor dos, pues la primera la engulle al primer trago y la culmina en un estrepitoso eructo. Uno de esos en que cogemos carrerilla para aumentar su repercusión. Todos lo hemos hecho alguna vez, así que no me recreo más en su descripción, a todas luces intrascendente.

Una vez inaugurada la segunda botella de zumo de cebada, vuelve al sofá y piensa por primera vez en el día. Piensa clarividente por primera vez en mucho tiempo. Hoy no se desprenderá del pijama. Hoy no hay gente que valga la pena, ni que pueda (quiera) (pueda) hacer nada por evitarlo.

Fuma otro porro y cae dormido.

Le despierta una ambulancia.

Le despierta un accidente, precedido de un agudísimo frenazo. Las sirenas empiezan a dejar claro que aquí nadie puede dormir tranquilo. Decide ducharse, no tanto por necesidad de higiene (se había duchado a la noche anterior), como por alienarse de todo ruido. Sólo la serenada monotonía del agua le hace suspirar, melancólico, al recordar el manantial. El único lugar del mundo en que se siente capaz de pensar con optimismo.

Se masturba.

Se viste con el mismo pijama y regresa a su habitación. Cierra la puerta y duerme de nuevo. Esta vez, debajo de la cama.

Llora.
dejedi-M
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Post by dejedi-M »

Ya que estoy aquí dejo un relato que voy a presentar a un concurso [si alguien tiene el valor de leérselo entero y eso ocurre antes de mañana, ...agradecería opiniones :oops: :oops: :oops: ], todavía no tiene título :? el tema es "Relatos del mar Mediterráneo"

Dicen que si pasas muchas horas al día mirando el mar, el reflejo de las olas brillará en tus ojos para siempre. Nunca lo habría creído de no ser porque en su mirada gris y melancólica cabían los océanos en todo su esplendor, con todo tipo de matices. A veces incluso me parecía escuchar el tímido murmullo del agua estrellándose contra las silenciosas rocas. Aunque pensándolo bien, quizá fueran imaginaciones mías. Era sabido que yo estaba, aún,...quizá, en edad de soñar con las antiguas historias de bellas sirenas y mares prohibidos. Nos las narraban viejos marineros jubilados, tras las aburridas (y a nuestro parecer, inservibles) jornadas de estudio en el pueblo vecino. Hacíamos así más llevaderas las horas muertas y ensanchábamos ilimitadamente nuestros sueños ya preadolescentes, susurrados cual secreto y guardados como tal.
Era el nuestro un pueblecito minúsculo, donde todo el mundo conocía la vida de cada uno de los habitantes, aunque pocos lo reconocían y nadie lo admitiera jamás en público -eran las reglas del juego. Situado a escasos metros de la playa, sobrevivía gracias al mar y, de hecho, por él existía. Y a pesar de todo, me atrevería a asegurar que ninguno de los vecinos sentía tan gran estima por la mar como la que se leía aquel día en sus grises perlas ribeteadas de salitre.
La conocí en un descuido, casi sin querer. Y fue un encuentro efímero, pero necesario y suficiente. Por supuesto, no quiero decir que no la conociera anteriormente, no me malinterpretéis. ¿Quién no se conoce en un pueblo pequeño? Pero, por otra parte... ¿quién puede afirmar que conoce, realmente, a una persona? Así pues, decía, la conocí en un descuido, casi sin querer. Yo había tenido una riña familiar en casa, una de tantas, y decidí salir a pasear por la playa para huir del ruido y los gritos. Más cerca del mar, indiscutible protagonista de nuestras vidas, y también más sosegado, agudicé el oído hasta distinguir a lo lejos el sonido de una flauta que atravesaba con nitidez aquella noche de septiembre.
Embargado por una mezcla de curiosidad y emoción, me alejé del pueblo por los caminos que se habían creado entre las rocas a base de pasar por allí varias generaciones de muchachos, al principio buscando cangrejos y más tarde, junto con la pubertad, encontrando un lugar íntimo donde servir a los primeros amoríos.
El mar acariciaba con ternura la tierra, templado, como si la música incesante lo hubiera amansado y ahora reposara suavemente a sus pies. Cuando al fin distinguí su silueta y los sonidos se hicieron más nítidos, no pude evitar cerrar los ojos. Desde entonces, me considero coleccionista de recuerdos... pero no de imágenes.
Debajo de nosotros murmuraban las olas, hablando entre si en un lenguaje arrebujado por la brisa, que soplaba entre los resquicios innumerables de las erosionadas rocas. Creo que fui consciente por primera vez del aroma que emergía del océano, de la vegetación abundante e incluso de las piedras. Había nacido con él, lo llevaba tan metido dentro de la piel que tan sólo era capaz de notar su ausencia... hasta ese preciso instante. Me sentí envuelto, arropado, arrullado por aquel intrínseco laberinto de sensaciones hasta entonces casi desconocidas. Y en el centro de todo estaba ella.
Ella y el olor de su piel. No olía ni a canela, ni a hierbabuena, ni tenía un ligero toque de limón, ni todas esas gazmoñerías que suelen describirse; ella olía simplemente a mujer, a cabellos recién lavados y un poco a crema hidratante, pero sobretodo olía a mar, y desde ese momento tuve en la cabeza la absurdidad de que era una sirena perdida. Y me atrevería a decir que es cierto.
Ella y las notas que, cual mago, evocaba. Sus melodías siempre me recordaron, al menos un poco, a las historias de marineros que nos explicaban tan a menudo y que sabíamos recitar de memoria.
Ella y su mirada vacía llena de olas. Pues cuando abrí los ojos comprendí quién era y tal fue mi asombro que debió notárseme hasta en la punta de los cabellos. “¿Te he asustado?”, preguntó. “Cuidado, no te caigas; un poco más hacia allá –hizo un gesto vago con la mano- hay un socavón.”
Su nombre era Ocarina, o como mínimo, así la conocíamos todos y nadie alzó la voz para decir lo contrario. Era ciega, y las malas lenguas aseguraban una y mil veces que era ‘retrasadita de nacimiento’. “O sea, que es mongola”, añadían con una risita. Por este motivo no había ido a la escuela, y pasaba las horas muertas como más le apetecía. Y yo no sabía mucho más sobre ella; nunca fui tan cotilla.
Aunque lo cierto es que era casi un mito entre todos los muchachos del pueblo, y se llegaban a comentar auténticas disparatadas sobre su vida, yo vivía por aquel entonces aislado en mi mundo. “Demasiado soñador nos ha salido el niño, Juan, vamos a tener que enderezarlo a base de jarabe de palo. ¿Tú te crees que en vez de ir detrás de las mozuelas se nos va con don Ignacio a oír pamplinas?” Esa era la opinión que mi madre mostraba hacia las largas tardes escuchando las leyendas de los pescadores jubilados, y yo corregía mentalmente: “no son pamplinas, mamá...”, pero ya no me atrevía a replicar, por miedo a los jarabes de mi madre.
Acercó sus manos, que tenían el tacto tan suave como la seda porque nunca habían trabajado, y me leyó el rostro. Y sé que se fijó en que yo todavía tenía los ojos cerrados, porque sonrió satisfecha cuando las yemas de sus dedos se pasearon por allí. Lucía un vestido blanco inmaculado, largo y totalmente inadecuado para el lugar donde nos encontrábamos. Había guardado en uno de los dos bolsillos la flauta que emitía aquella música tan maravillosa. Era una situación tan inverosímil para mi monótona vida que no era capaz de articular palabra alguna, ni siquiera de reaccionar. Pero ella lo hizo por mí.
-Te habrán contado historias. Como eres la última persona con la que hablaré, no importa que no entiendas. Sólo escucha; y algún día, por favor, escribe todo esto. Yo sé quién eres, tú eres el hijo de Juan, el de la nariz respingona, ese que nunca se ha reído de mí y que escucha las historias de Ignacio. Él es un buen amigo mío, y tú eres un buen chico... –Parecía reflexiva.-Casi te he visto nacer y crecer, distingo tus pasos entre la multitud y sé cuáles son las notas que hacen que te quedes embelesado, porque un día me colé en el patio del recreo y dejaste de hablar para prestar atención a la música que llegaba desde el aula magna. ¿Verdad que sí? Eran algo parecidas a estas. –Y sin dejarme oportunidad alguna de responderle, se arrimó la flauta a los labios y reprodujo la melodía mencionada, la cual yo apenas recordaba pues habían pasado un par de años desde aquel día. –Esto es una ocarina, y de ahí viene mi nombre, pero en realidad me bautizaron como Isabel. Huyo de la gente porque nadie puede entender lo que siento cuando miro el mar. Y hoy te voy a contar una historia, mi historia. Nací en una noche como esta, veinte primaveras han pasado desde entonces. Dicen que soy retrasada; yo no lo sé. Lo único que sé es que no hay grandeza mayor que la que se extiende ahora ante tú y yo. No hay nada más bello. Y me preguntan cómo puedo notar bello un amanecer si no soy capaz de ver la luz del sol. Y se olvidan de que puedo oír, tocar, reír, palpar, oler, sentir... mientras ellos sólo ven la luz del sol que aparece tras el horizonte. Conozco cada minúscula grieta, cada animal, cada ola que habla de otras culturas. Los llamo por su nombre, absorbo cada detalle a la perfección, pero todo el mundo es más sabio que yo porque puede ver la luz. Un día, y han pasado muchos años desde entonces, expliqué todo esto a un viejo marinero. Y él me regaló mi ocarina, que según dijo era una extravagancia que había cambiado por unas pocas baratijas. ¿Es corta mi historia?
Hizo una pequeña pausa, como si recordara. Su voz sonaba como el rumor constante de las olas, pero más aterciopelada y pueril si cabe.
-Es una lástima que tenga que irme. –Dijo al fin. –Habrías sido un buen amigo. Sabes escuchar, y sabrás guardar el secreto hasta que llegue el día en que te sientas preparado para confiárselo a alguien. Llevo en mi corazón todos los relatos que me cuentan las olas, igual que las brisas marinas y el sabor de la sal y las algas, igual que el olor de la mar, que no me abandonará jamás. Quizá nadie entienda nunca que yo nací para vivir aquí –señaló hacia el océano- y no en la tierra. Que el único amor que conozco es el que siento por lo que tú tienes ahora mismo a tu alrededor, por todo esto, y también el amor a la música porque sólo ella logra acercarse ínfimamente a la grandeza del mar. Sea como sea, cuando mañana despiertes ten clara una cosa: echarás en falta lo que tuviste justo un momento después de perderlo.
Creo que entendí lo que Ocarina quería comunicar cuando abrí los ojos y supe que nunca más volvería a observar los suyos.
¿Extravagancia? Quién sabe. El caso es que ella era especial, incomprensiblemente especial. Dicen que pasó tantas horas al día mirando al mar, que el reflejo de las olas brillará en sus ojos por siempre. Cuando, años más tarde, abandoné mi pueblecito natal para desplazarme a la capital, comprendí la enormidad de sus palabras al pisar la ciudad ajena, y acaricié con nostalgia el pequeño instrumento antes de coger papel, pluma, lágrimas y recuerdos.
"Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo..." (H.Hesse)
Fede
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Post by Fede »

Brutal Dejedi, brutal.

Ya dirás que tal te ha ido el concurso.
dejedi-M
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Post by dejedi-M »

Fede wrote:Brutal Dejedi, brutal.

Ya dirás que tal te ha ido el concurso.

:o :? :D Muchas gracias =)

Hoy me lo ha devuelto la profe de literatura, me ha hecho un par (o tres, o cuatro xD) de correcciones: alguna coma, que no use tanto sinónimo en algunas partes, que busque otra palabra en vez de arrebujada (xD), y no sé qué más, anda por ahí apuntado. Y sobre todo que le busque un buen título, que llame la atención, que sea bonito, poético.

No pensaba presentarlo siquiera, a mí no me gusta cómo me quedó; pero después del pedazo de comentario que me ha hecho, bueno... ni que sea por el descuento en el viaje a Italia por quedar entre los 100 primeros, si es que llega xDDDD, pues lo probaré. :? Ya os diré qué tal, sí ^^ Ahora a pensar un título... :)
"Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo..." (H.Hesse)
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