Haciendo cierto esfuerzo llego a recordar cuánto odiaba antes las tardes de domingo, de eso hace un par de semanas o poco más...
-El saber si ocupa lugar: no cabe todo en nuestra cabeza. Se van sustituyendo uno por otro, un recuerdo por otro, salvo quizás los cimientos iniciales, que se mantienen porque son nosotros. Olvidamos primero lo último aprendido, lo de ayer o anteayer. La memoria desmemoriada trabaja en su desván con ruidos de carcoma: horas, días enteros, semanas, hasta dar, o no, con el dato que se había renunciado a buscar ya... Porque hay algo peor que vivir olvidados por todos: vivir sin recordar. Es una contradicción decir que se vive sin tener la conciencia de haber vivido, es como si al decir eso dejáramos de existir para nosotros mismos.
En rincones perdidos va quedando la vida, vamos quedando nosotros, que alargamos un pie con temor, que alargamos tanteando con temor una mano. ¿Para avanzar?. A lo mejor no tanto: para permanecer.
Y lo malo quizás, y lo más bello, no es que se nos pierdan objetos, rostros, nombres, fechas, palabras, gestos, sino que los recordemos de repente en pie, hirientes o amables como fueron, y nos recordemos también nosotros como fuimos entonces y como ya nunca seremos. El misericordioso y dulce olvido...
No obstante, todo ésto será sólo el principio del final: penúltimos olvidos, preguntas repetidas, objetos perdidos en sitios impensables, cambios cada dia más claros de la personalidad... Todo ésto hasta llegar a convertirse de nuevo en una niña, o un niño, aquel que fuimos, cada vez más pequeño, que un día empezará a orinarse encima, y otro se olvidará de caminar, y otro se postrará de nuevo en posición fetal para acabarse, o lo sorprenderá la muerte de asfixia, cuando paciente de alzheimer se olvide de tragar.-
Una mirada a lo que veo
"Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco. Y ese fue todo su patrimonio..."
*Somos lo que decimos...*
*Somos lo que decimos...*
El otro día, fríendo anchoas, me detuve entre dos tandas a mirar el aceite hirviendo. Cuando lo miras de cerca, puedes ver las pequeñas partículas de huevo que se han quedado ahí, chamuscadas.
Se mueven continuamente, se chocan, e intentan avanzar. Pero nunca lo logran, por mucho que se mueven siempre permanecen atadas a un mismo lugar. Me resultó al mismo tiempo un espectáculo gracioso y muy triste...
Se mueven continuamente, se chocan, e intentan avanzar. Pero nunca lo logran, por mucho que se mueven siempre permanecen atadas a un mismo lugar. Me resultó al mismo tiempo un espectáculo gracioso y muy triste...
Avatar (c)2006 Naiara
Por que en el mundo sólo exista una regla: el RESPETO
Vive la anarquía, porque luchar o votar por ella es una contradicción
Por que en el mundo sólo exista una regla: el RESPETO
Vive la anarquía, porque luchar o votar por ella es una contradicción
Que si, reconozco que cuando me da por algo soy insistente y pesada, pero es que después del aperitivo vivido en Córdoba éste fin de semana, mi paladar echa aún más de menos, si cabe, el sabor de Granada y llevo todo el día con ella en el cielo de la boca 
.
No se me ocurría otro sitio, ésto es una mirada desde el recuerdo:
-La Alhambra es como un cuerpo. Igual que todos, tiene su música y su aroma, que con el clima y con las horas, cambian. En ella hay, la permanente palpitación que es señal de la Vida. Como si fueran el parpadeo de dos mariposas, la luz y el agua se persiguen. Los incesantes regueros, dentro de las paredes, como venas de barro, reparten su rumorosa y limpia sangre, y las arterias en las acequias. En la aparente calma y quietud todo es movilidad. El agua, por todas partes, entona una melodía que subraya el cristalino sonido de lo visible. Los muros, cargados de versos repetidos hasta el infinito, nunca callan. Los estucos y los paños, coloreados o arrebatados de color, contagian de profundidad las estancias, rematadas en sus techos de cedro. Las cristaleras de colores, agitan aún más los muros, por si no lo hicieran lo suficiente. La noche, como parte del entramado, provoca inquietas sombras que recorren arriba y abajo los palacios nazaríes. Todo en ella es translúcido y minucioso y tiene significado, a la forma de un jeroglífico.
Qué confusa es la realidad que nos ofrece la Alhambra. Sus constructores no quisieron elegir entre la verdad y la ilusión, sino que las fusionaron. Las murallas laten, arden, contempladas desde abajo, desde el Darro que la rodea y desde el frente, en el mirador de San Nicolás; y al reflejarse en los estanques, dan más vida al sueño que a la vigilia, Cuando se ve reflejada en el agua, se ve como hay que verla: de arriba abajo, no al revés. Quizás es parte del secreto de lo que fue ésta ciudad secreta y sumergida, destinada a desaparecer antes de existir, pero empeñada en permanecer a pesar del tiempo. Ha conseguido burlarlo dando un giro de tuerca a todo lo conocido: se ha hecho intangible. Porque, ¿qué Torre de la Vela es más real, la que construyó el hombre o la referencia a la que continuamente se presta? ¿Qué perdura más, la materia o lo que representa? ¿Qué es lo que nos sostiene, el sentimiento o el presentimiento? Quizás el recuerdo...-
.No se me ocurría otro sitio, ésto es una mirada desde el recuerdo:
-La Alhambra es como un cuerpo. Igual que todos, tiene su música y su aroma, que con el clima y con las horas, cambian. En ella hay, la permanente palpitación que es señal de la Vida. Como si fueran el parpadeo de dos mariposas, la luz y el agua se persiguen. Los incesantes regueros, dentro de las paredes, como venas de barro, reparten su rumorosa y limpia sangre, y las arterias en las acequias. En la aparente calma y quietud todo es movilidad. El agua, por todas partes, entona una melodía que subraya el cristalino sonido de lo visible. Los muros, cargados de versos repetidos hasta el infinito, nunca callan. Los estucos y los paños, coloreados o arrebatados de color, contagian de profundidad las estancias, rematadas en sus techos de cedro. Las cristaleras de colores, agitan aún más los muros, por si no lo hicieran lo suficiente. La noche, como parte del entramado, provoca inquietas sombras que recorren arriba y abajo los palacios nazaríes. Todo en ella es translúcido y minucioso y tiene significado, a la forma de un jeroglífico.
Qué confusa es la realidad que nos ofrece la Alhambra. Sus constructores no quisieron elegir entre la verdad y la ilusión, sino que las fusionaron. Las murallas laten, arden, contempladas desde abajo, desde el Darro que la rodea y desde el frente, en el mirador de San Nicolás; y al reflejarse en los estanques, dan más vida al sueño que a la vigilia, Cuando se ve reflejada en el agua, se ve como hay que verla: de arriba abajo, no al revés. Quizás es parte del secreto de lo que fue ésta ciudad secreta y sumergida, destinada a desaparecer antes de existir, pero empeñada en permanecer a pesar del tiempo. Ha conseguido burlarlo dando un giro de tuerca a todo lo conocido: se ha hecho intangible. Porque, ¿qué Torre de la Vela es más real, la que construyó el hombre o la referencia a la que continuamente se presta? ¿Qué perdura más, la materia o lo que representa? ¿Qué es lo que nos sostiene, el sentimiento o el presentimiento? Quizás el recuerdo...-
"Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco. Y ese fue todo su patrimonio..."
*Somos lo que decimos...*
*Somos lo que decimos...*
-
brujita_alc
- fitipaldi .com
- Posts: 894
- Joined: 15 Oct 2004, 13:58
- Location: Alicante
- Contact:
Aquel que dijo:”prefiero tener suerte a tener talento” conocía la vida en profundidad. La gente tiene miedo a reconocer el gran papel que desempeña el azar en la vida. Da miedo pensar que haya tantas cosas fuera de nuestro control. Hay un momento en un partido en que la bola golpea en lo alto de la red y por una milésima de segundo puede caer hacia un lado u otro. Con un poco de suerte rebota en el campo contrario y ganas. O puede que caiga en tu campo y entonces pierdes." Así empieza Match Point.
Creo que en la vida existen dos tipos de personas, los que creen tenerlo todo bajo control y aquellos que piensan que todo queda fuera de su alcance, que nada se puede controlar. No sé cuál de las dos visiones de la vida es más insensata pero posiblemente, ande más desencaminada la primera. El ser humano tiende a pensar y creer ciegamente en su poder de elección, basando en ese poder su libertad. Pero parto de la siguiente pregunta: ¿Hasta que punto soy yo quien toma las decisiones? ¿Dónde termina la frontera entre mi libertad y las circunstancias impuestas que yo no he elegido? La vida tiene un alto y decisivo componente de azar, o de suerte. Ese componente es tan elevado que nos asusta pensarlo. A menudo nuestras posibles decisiones son tan solo una pequeña muestra de las múltiples posibilidades existentes de elección que, debido a las circunstancias del preciso momento, quedaron desechadas por el azar. ¿Y por qué quedaron fuera de nuestro alcance esas decisiones que jamás conoceremos y que ni si quiera seremos capaces de imaginar? Es todo fruto de la causalidad. Las causas que llevan a otras causas que darán origen a otras múltiples causas que desemboquen finalmente en la ocasión que se nos presenta. Nuestra oportunidad de elegir y, al mismo tiempo, desechar la otra opción. Porque siempre hay otra opción. Y al desecharla, desechamos otras futuras ocasiones de elegir, definiendo al mismo tiempo, el camino que nos llevará a otras futuras elecciones. Tampoco somos conscientes, al tomar una decisión, de cuáles serán sus consecuencias... Podemos tener una idea aproximada de la consecuencia casi inmediata de dicha elección pero somos incapaces de intuir mínimamente todo lo que vendrá después y cómo orientará esa decisión nuestro camino, ese que hacemos a cada instante. Y con esto me remito inevitablemente a ese “Efecto mariposa” del que habló en su día un tal Lorenz, al tratar de explicar la importancia de lo pequeño y de cómo todo, por insignificante que parezca, es susceptible de generar un desenlace dramático (y con dramático me refiero a grandioso, cargado de emoción, de importancia, de trascendencia…).
Kundera abordó, a mi parecer, de una manera sutil este tema, en su obra La inmortalidad al referirse a los acontecimientos episódicos y a aquellos que se convertían en la causa de otros acontecimientos históricos:
“… ningún episodio está a priori condenado a seguir siendo para siempre episodio, porque cualquier acontecimiento, aún el más insignificante, esconde dentro de sí la posibilidad de llegar a ser antes o después la causa de otros acontecimientos y convertirse así en una historia o una aventura.”
Tampoco olvidó abordar el tema de la casualidad, llegando incluso a detallar los diversos tipos de casualidades. Kundera entendía la casualidad como esas coincidencias curiosas que se producen a diario, a todas horas, y que, con apariencia inofensiva, desencadenan acontecimientos de índole insospechadamente trascendental. Nos empujan a seguir un camino en lugar de otro.
En Match Point, de Woody Allen (al que descubro por primera vez en esta película), esta idea (entre otras) queda reflejada a lo largo de la película, quedando resumida casi al final de la misma en una sola frase: “Ella sólo tuvo la suerte de encontrarse en el lugar oportuno y en el momento oportuno”.
Para mí esa frase sentencia lo insignificante que resulta nuestro “poder de elección” frente a las circunstancias que rodean nuestras vidas, ya que “sólo nos dejan ser espectadores de vidas que giran alrededor de la nada”.
Raquel
Creo que en la vida existen dos tipos de personas, los que creen tenerlo todo bajo control y aquellos que piensan que todo queda fuera de su alcance, que nada se puede controlar. No sé cuál de las dos visiones de la vida es más insensata pero posiblemente, ande más desencaminada la primera. El ser humano tiende a pensar y creer ciegamente en su poder de elección, basando en ese poder su libertad. Pero parto de la siguiente pregunta: ¿Hasta que punto soy yo quien toma las decisiones? ¿Dónde termina la frontera entre mi libertad y las circunstancias impuestas que yo no he elegido? La vida tiene un alto y decisivo componente de azar, o de suerte. Ese componente es tan elevado que nos asusta pensarlo. A menudo nuestras posibles decisiones son tan solo una pequeña muestra de las múltiples posibilidades existentes de elección que, debido a las circunstancias del preciso momento, quedaron desechadas por el azar. ¿Y por qué quedaron fuera de nuestro alcance esas decisiones que jamás conoceremos y que ni si quiera seremos capaces de imaginar? Es todo fruto de la causalidad. Las causas que llevan a otras causas que darán origen a otras múltiples causas que desemboquen finalmente en la ocasión que se nos presenta. Nuestra oportunidad de elegir y, al mismo tiempo, desechar la otra opción. Porque siempre hay otra opción. Y al desecharla, desechamos otras futuras ocasiones de elegir, definiendo al mismo tiempo, el camino que nos llevará a otras futuras elecciones. Tampoco somos conscientes, al tomar una decisión, de cuáles serán sus consecuencias... Podemos tener una idea aproximada de la consecuencia casi inmediata de dicha elección pero somos incapaces de intuir mínimamente todo lo que vendrá después y cómo orientará esa decisión nuestro camino, ese que hacemos a cada instante. Y con esto me remito inevitablemente a ese “Efecto mariposa” del que habló en su día un tal Lorenz, al tratar de explicar la importancia de lo pequeño y de cómo todo, por insignificante que parezca, es susceptible de generar un desenlace dramático (y con dramático me refiero a grandioso, cargado de emoción, de importancia, de trascendencia…).
Kundera abordó, a mi parecer, de una manera sutil este tema, en su obra La inmortalidad al referirse a los acontecimientos episódicos y a aquellos que se convertían en la causa de otros acontecimientos históricos:
“… ningún episodio está a priori condenado a seguir siendo para siempre episodio, porque cualquier acontecimiento, aún el más insignificante, esconde dentro de sí la posibilidad de llegar a ser antes o después la causa de otros acontecimientos y convertirse así en una historia o una aventura.”
Tampoco olvidó abordar el tema de la casualidad, llegando incluso a detallar los diversos tipos de casualidades. Kundera entendía la casualidad como esas coincidencias curiosas que se producen a diario, a todas horas, y que, con apariencia inofensiva, desencadenan acontecimientos de índole insospechadamente trascendental. Nos empujan a seguir un camino en lugar de otro.
En Match Point, de Woody Allen (al que descubro por primera vez en esta película), esta idea (entre otras) queda reflejada a lo largo de la película, quedando resumida casi al final de la misma en una sola frase: “Ella sólo tuvo la suerte de encontrarse en el lugar oportuno y en el momento oportuno”.
Para mí esa frase sentencia lo insignificante que resulta nuestro “poder de elección” frente a las circunstancias que rodean nuestras vidas, ya que “sólo nos dejan ser espectadores de vidas que giran alrededor de la nada”.
Raquel
"Mirad por la ventana y tal vez podáis ver al ángel que espera sus alas sentado en el andén..."
Mientras las nubes me acompañan, cierro los ojos.
-Puede que sí-
Puede que una noche quieras dormir
y despiertes soñando que eres feliz
(“Puede que sí”, Álvaro Urquijo, Los Secretos)
La ausencia es un derecho que puede hacer posible el no existir en el mundo real. Una huida hacia delante, la búsqueda incierta e indefinida del camino de regreso hacia ese otro mundo en el que el ausente vive y que parece no existir a su alrededor.
Todo es apariencia, y la apariencia no es más que el escondite del olvido. El mismo bar de hace ocho años, la misma decoración, los mismos carteles, y en apariencia la misma música. Pero el tiempo ha pasado y lo único que queda es la apariencia. Y sin ella no podría volver a ese bar para intentar reconocerme. Sin ella lo único que permanece es el olvido.
Pero hay que seguir buscando, por supuesto sin dirección, porque el resto de bares o han cerrado o han sucumbido igualmente al tiempo y la distancia. Un pentagrama de sol en la vía láctea, por ejemplo, para hacer de la música y de la noche el espacio propicio para soñar y vivir. La razón en fuera de juego, y la consciencia claramente dormida. Confusión y espejos rotos. Las heridas no han cicatrizado y de pronto estás perdido buscando cualquier bar que te acoja y te ofrezca unas horas más de soledad antes del incorruptible amanecer.
Nunca es suficiente, o siempre es insuficiente según se mire. Y entonces hay que huir, escapar a otro lugar, regresar al punto de partida, bordear el abismo sin llegar nunca a caer del todo en él, para poder seguir alimentando sueños e ilusiones cuyo precio sea inevitablemente el de la ausencia.
Recuerdo tu sonrisa y tu mirada, me emociona el laberinto de tu voz, y me acompaña el fantasma de la soledad a todas horas. Salvado por la rutina me balanceo suavemente en la ignorancia. Los niños imaginan otro mundo y se aventuran a crearlo a su imagen y semejanza en la propia realidad. De esta forma es cuando dejan de existir por ejemplo los conductos de ventilación para transformarse en túneles misteriosos donde habitan aquellos mágicos seres que crecieron con nosotros. Crecieron y murieron mejor dicho hasta el instante en que seamos fugitivos de la adulta, adúltera, y adulterada realidad, y en tus ojos por ejemplo, con ese brillo que te quita el frío cuando las noches son lluviosas, se pueda perfectamente volver a ser un niño.
Un niño perdido, por supuesto, ausente de la esclava realidad. Sin edad ni porvenir vagando por las calles una noche cualquiera demostrando que aunque la tisteza y la nostalgia suelan coincidir, es posible sacar de ellas la sonrisa si se comparte la emoción acariciando la belleza.
Escucha una vez más esa canción y permite que tus lágrimas cicatricen el dolor de la existencia.
Se ha apagado la música y dirigimos los pasos al final de la noche. El niño decide escapar y el semáforo le da tres luces celestes como queriéndole compensar por otra dosis de búsqueda imposible de su perdida inocencia. Es hora de decir adiós y en el autobús equivocado encuentra la mejor despedida posible: aquella huida que media hora después le regresa al mismo lugar donde aparentemente dijo adiós, y derrotado y vencido, espera inútilmente a un nuevo amanecer en soledad junto a su sombra que queda en el recuerdo sin la necesaria evolución de lo que jamás haya sido.
Descanse en paz.
Hace tiempo que ha muerto y cada vez es más difícil revivirle.
Parece que la ausencia es la única palabra
que sólo pronunciamos con la voz del corazón.
Puede que sí.
+
-Puede que sí-
Puede que una noche quieras dormir
y despiertes soñando que eres feliz
(“Puede que sí”, Álvaro Urquijo, Los Secretos)
La ausencia es un derecho que puede hacer posible el no existir en el mundo real. Una huida hacia delante, la búsqueda incierta e indefinida del camino de regreso hacia ese otro mundo en el que el ausente vive y que parece no existir a su alrededor.
Todo es apariencia, y la apariencia no es más que el escondite del olvido. El mismo bar de hace ocho años, la misma decoración, los mismos carteles, y en apariencia la misma música. Pero el tiempo ha pasado y lo único que queda es la apariencia. Y sin ella no podría volver a ese bar para intentar reconocerme. Sin ella lo único que permanece es el olvido.
Pero hay que seguir buscando, por supuesto sin dirección, porque el resto de bares o han cerrado o han sucumbido igualmente al tiempo y la distancia. Un pentagrama de sol en la vía láctea, por ejemplo, para hacer de la música y de la noche el espacio propicio para soñar y vivir. La razón en fuera de juego, y la consciencia claramente dormida. Confusión y espejos rotos. Las heridas no han cicatrizado y de pronto estás perdido buscando cualquier bar que te acoja y te ofrezca unas horas más de soledad antes del incorruptible amanecer.
Nunca es suficiente, o siempre es insuficiente según se mire. Y entonces hay que huir, escapar a otro lugar, regresar al punto de partida, bordear el abismo sin llegar nunca a caer del todo en él, para poder seguir alimentando sueños e ilusiones cuyo precio sea inevitablemente el de la ausencia.
Recuerdo tu sonrisa y tu mirada, me emociona el laberinto de tu voz, y me acompaña el fantasma de la soledad a todas horas. Salvado por la rutina me balanceo suavemente en la ignorancia. Los niños imaginan otro mundo y se aventuran a crearlo a su imagen y semejanza en la propia realidad. De esta forma es cuando dejan de existir por ejemplo los conductos de ventilación para transformarse en túneles misteriosos donde habitan aquellos mágicos seres que crecieron con nosotros. Crecieron y murieron mejor dicho hasta el instante en que seamos fugitivos de la adulta, adúltera, y adulterada realidad, y en tus ojos por ejemplo, con ese brillo que te quita el frío cuando las noches son lluviosas, se pueda perfectamente volver a ser un niño.
Un niño perdido, por supuesto, ausente de la esclava realidad. Sin edad ni porvenir vagando por las calles una noche cualquiera demostrando que aunque la tisteza y la nostalgia suelan coincidir, es posible sacar de ellas la sonrisa si se comparte la emoción acariciando la belleza.
Escucha una vez más esa canción y permite que tus lágrimas cicatricen el dolor de la existencia.
Se ha apagado la música y dirigimos los pasos al final de la noche. El niño decide escapar y el semáforo le da tres luces celestes como queriéndole compensar por otra dosis de búsqueda imposible de su perdida inocencia. Es hora de decir adiós y en el autobús equivocado encuentra la mejor despedida posible: aquella huida que media hora después le regresa al mismo lugar donde aparentemente dijo adiós, y derrotado y vencido, espera inútilmente a un nuevo amanecer en soledad junto a su sombra que queda en el recuerdo sin la necesaria evolución de lo que jamás haya sido.
Descanse en paz.
Hace tiempo que ha muerto y cada vez es más difícil revivirle.
Parece que la ausencia es la única palabra
que sólo pronunciamos con la voz del corazón.
Puede que sí.
+
"He visto tu cara ardiendo en un lienzo de agua, y me he sumergido en un sueño sin poderte tocar, formando un mosaico de sombras, buscando a ciegas lo que sé que no está."
..."Así nuestros pulmones
se anegan en un sueño
que envenena y que sana.
Sueños de noches árticas
que envenenan y que sanan.
(Cierra los ojos. Escucha en la oscuridad
cómo resuenan las cajas de música.
Inténtalas parar)"...
- Noches árticas - Nacho Vegas.
- EL dolor más irremediable lo produce la ausencia: No hay mentira mayor. Salvo que sea la ausencia de nosotros mismos, y entonces ya todo es tristeza.
Quisimos engañarla ("Adiós Tristeza") , por una noche más, metiendo la mano en los escondidos rincones donde aletea la dicha. Ahora, después de algunas noches más, se mezcla el recuerdo con la tristeza desvelada y nos muestra lo que por debajo de la piel se notaba: pura melancolía de la soledad.
Perdida, niña sin rumbo, como una amante cualquiera exagerando la acusación, o negándola. Cómo si tuviera algún amor que defender ante alguien o ante mi misma. Cómo si tuviera algún amado que enredar más y más y del que sacar engaños mayores. Niña perdida, que se engañaba pensando que estaba creciendo, y nunca jamás lo hará, porque crecer es volver al punto de partida. Tengo otro cuento más para ti, mientras sea de noche nunca se acabarán los cuentos. "Hay en la Alhambra una sala..."
Niño perdido, la plenitud puede llegar a transformarse en dolor inimaginable mirándote en sus ojos, o transformarse en la más grande de las dichas. Lleva en la mirada la fría hoja de un cuchillo y la cálida caricia del sol por la mañana. Bajo el arrullo de su voz no existe el olvido porque está permanentemente removiendo los recuerdos, y les gana la partida. ¿Ví alejarse en aquel autobús al niño o a su sombra? No, el niño no se marchó, se quedó de mi mano, para regresar los dos, niños perdidos, al punto de partida. La sombra aún sigue guardada en un cajón.
Todo era, pues, verdad. Todo había sido verdad. La mentira es tan sólo una posibilidad: un espacio en blanco donde nosotros, al menor pretexto, vamos pintando nuestra silueta interior y exterior. Por eso la sombra no se repite nunca. Una sombra no se asemeja a otra, sino vaya desastre.
Ni todos los preservativos de la caja pudieron protegerme de la certeza de que el final se acercaba, para dar comienzo, sin remedio, a otro nuevo principio. Renovarse. Evolucionar. Sentir.-
se anegan en un sueño
que envenena y que sana.
Sueños de noches árticas
que envenenan y que sanan.
(Cierra los ojos. Escucha en la oscuridad
cómo resuenan las cajas de música.
Inténtalas parar)"...
- Noches árticas - Nacho Vegas.
- EL dolor más irremediable lo produce la ausencia: No hay mentira mayor. Salvo que sea la ausencia de nosotros mismos, y entonces ya todo es tristeza.
Quisimos engañarla ("Adiós Tristeza") , por una noche más, metiendo la mano en los escondidos rincones donde aletea la dicha. Ahora, después de algunas noches más, se mezcla el recuerdo con la tristeza desvelada y nos muestra lo que por debajo de la piel se notaba: pura melancolía de la soledad.
Perdida, niña sin rumbo, como una amante cualquiera exagerando la acusación, o negándola. Cómo si tuviera algún amor que defender ante alguien o ante mi misma. Cómo si tuviera algún amado que enredar más y más y del que sacar engaños mayores. Niña perdida, que se engañaba pensando que estaba creciendo, y nunca jamás lo hará, porque crecer es volver al punto de partida. Tengo otro cuento más para ti, mientras sea de noche nunca se acabarán los cuentos. "Hay en la Alhambra una sala..."
Niño perdido, la plenitud puede llegar a transformarse en dolor inimaginable mirándote en sus ojos, o transformarse en la más grande de las dichas. Lleva en la mirada la fría hoja de un cuchillo y la cálida caricia del sol por la mañana. Bajo el arrullo de su voz no existe el olvido porque está permanentemente removiendo los recuerdos, y les gana la partida. ¿Ví alejarse en aquel autobús al niño o a su sombra? No, el niño no se marchó, se quedó de mi mano, para regresar los dos, niños perdidos, al punto de partida. La sombra aún sigue guardada en un cajón.
Todo era, pues, verdad. Todo había sido verdad. La mentira es tan sólo una posibilidad: un espacio en blanco donde nosotros, al menor pretexto, vamos pintando nuestra silueta interior y exterior. Por eso la sombra no se repite nunca. Una sombra no se asemeja a otra, sino vaya desastre.
Ni todos los preservativos de la caja pudieron protegerme de la certeza de que el final se acercaba, para dar comienzo, sin remedio, a otro nuevo principio. Renovarse. Evolucionar. Sentir.-
"Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco. Y ese fue todo su patrimonio..."
*Somos lo que decimos...*
*Somos lo que decimos...*
Cuando no hay tiempo material entre tus manos pues te tienes que limitar a las madrugadas de los sábados o las tardes de domingo, pero una anginas con fiebre a las puertas del invierno son una bendición. A falta de poder hablar, escribes todo lo que no puedes decir.
..."Aún me acuerdo de tiempos olvidados,
y me olvido de tiempos no vividos.
Tu destino está escrito en mi pasado
mi futuro está escrito en tu camino"...
- Olvida - La Frontera -.
Lo veía todo con un asombroso detalle que lo agrandaba como si fuera un mundo: su mundo, su único mundo. Percibía lo minúsculo con la precisión de un microscopio. Todo lo que existía de costumbre en su vida, se había volatilizado. Ahora se sentía en el aire, como ida de la realidad: tenía que observar cada loseta del pasillo, cada loseta del salón que atravesaba, para pisar con tino. Alargaba la mano, torpe, tanteando, hasta la caja de las medicinas.
¿Es qué perdió la vida su sentido o no lo tuvo nunca? Días atrás se le habían ocurrido mil nombres para llamarse. No era la que conocía ya. Era otra posibilidad. Otra opción. Inutilmente trataba de olvidarse. Con la cabeza entre las manos intentaba regresar a ese pasado de hacía unos minutos. La recién nacida se burlaba, le sonreía a ella por dentro, pasmada ante ella, le preguntaba sin cesar porqué y para qué...
Lo que queda de vida, me dice. Pero qué es lo que queda y cual era mi vida y en qué ha consistido. No tengo ni idea. Y tampoco de lo que no queda ya, de lo que fue sucediendo a mis espaldas, si lo que ha sucedido puede llamarse vida.
La ausencia de preocupaciones visibles, la supresión de preguntas sobre su inevitable y total aniquilamiento, el solapado y voluntario sopor que la invadía desde la mañana muy temprano, el automatismo con que cumplía su trabajo, la muerte reiterada que se convertía en hábito, el trato incesante con las mismas personas carentes de capacidad para ilusionarla, la aceptación del dolor y la inexistencia de una furia que la hiciera gritar, la continuidad de las penas y heridas y los sentimientos ajenos tan iguales entre si, la repetición de horarios, todo le producía una sensación de quietud total, de suerte echada para siempre: una sensación semejante acaso a lo que un día, ya muy lejano, pudo imaginar que era ser feliz...
Un día, por muy lejano que quede, yo fui asi.
Se tiró hacia atrás de la toca de lana. Se miró de pasada en el espejo. Hubiera querido ser mayor. Definitivamente mayor. Le habría gustado esa mañana, que pasara el tiempo en el que todavía no estaba del todo destruida... Avanzaba sin pisar, con la lenta falsedad de los sueños. Algo había soñado. Ya no le excitaba recordarlo, se convertía en un ritual pesado el imaginar, en la duermevela, unas manos acariciando su cuerpo. Dejar que sus manos fueran las de tantos otros que algunas vez tocaron su cuerpo que no les pertenecía, que nunca les pertenecería. No, prefirió mirarse al espejo de nuevo. Se miró a los ojos unos segundos. Envejecer le aterraba también. Quizás esa era su emoción personal de hoy: el miedo a convertirse en una vieja más. Eso no: morir antes. Puede que toda su vida, cada uno de sus años, hubiera sido un insensato y lamentable error, pero ni siquiera hoy estaba preparada para morir.
Nada, nada. Mañana será otro día para olvidar.
..."Aún me acuerdo de tiempos olvidados,
y me olvido de tiempos no vividos.
Tu destino está escrito en mi pasado
mi futuro está escrito en tu camino"...
- Olvida - La Frontera -.
Lo veía todo con un asombroso detalle que lo agrandaba como si fuera un mundo: su mundo, su único mundo. Percibía lo minúsculo con la precisión de un microscopio. Todo lo que existía de costumbre en su vida, se había volatilizado. Ahora se sentía en el aire, como ida de la realidad: tenía que observar cada loseta del pasillo, cada loseta del salón que atravesaba, para pisar con tino. Alargaba la mano, torpe, tanteando, hasta la caja de las medicinas.
¿Es qué perdió la vida su sentido o no lo tuvo nunca? Días atrás se le habían ocurrido mil nombres para llamarse. No era la que conocía ya. Era otra posibilidad. Otra opción. Inutilmente trataba de olvidarse. Con la cabeza entre las manos intentaba regresar a ese pasado de hacía unos minutos. La recién nacida se burlaba, le sonreía a ella por dentro, pasmada ante ella, le preguntaba sin cesar porqué y para qué...
Lo que queda de vida, me dice. Pero qué es lo que queda y cual era mi vida y en qué ha consistido. No tengo ni idea. Y tampoco de lo que no queda ya, de lo que fue sucediendo a mis espaldas, si lo que ha sucedido puede llamarse vida.
La ausencia de preocupaciones visibles, la supresión de preguntas sobre su inevitable y total aniquilamiento, el solapado y voluntario sopor que la invadía desde la mañana muy temprano, el automatismo con que cumplía su trabajo, la muerte reiterada que se convertía en hábito, el trato incesante con las mismas personas carentes de capacidad para ilusionarla, la aceptación del dolor y la inexistencia de una furia que la hiciera gritar, la continuidad de las penas y heridas y los sentimientos ajenos tan iguales entre si, la repetición de horarios, todo le producía una sensación de quietud total, de suerte echada para siempre: una sensación semejante acaso a lo que un día, ya muy lejano, pudo imaginar que era ser feliz...
Un día, por muy lejano que quede, yo fui asi.
Se tiró hacia atrás de la toca de lana. Se miró de pasada en el espejo. Hubiera querido ser mayor. Definitivamente mayor. Le habría gustado esa mañana, que pasara el tiempo en el que todavía no estaba del todo destruida... Avanzaba sin pisar, con la lenta falsedad de los sueños. Algo había soñado. Ya no le excitaba recordarlo, se convertía en un ritual pesado el imaginar, en la duermevela, unas manos acariciando su cuerpo. Dejar que sus manos fueran las de tantos otros que algunas vez tocaron su cuerpo que no les pertenecía, que nunca les pertenecería. No, prefirió mirarse al espejo de nuevo. Se miró a los ojos unos segundos. Envejecer le aterraba también. Quizás esa era su emoción personal de hoy: el miedo a convertirse en una vieja más. Eso no: morir antes. Puede que toda su vida, cada uno de sus años, hubiera sido un insensato y lamentable error, pero ni siquiera hoy estaba preparada para morir.
Nada, nada. Mañana será otro día para olvidar.
"Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco. Y ese fue todo su patrimonio..."
*Somos lo que decimos...*
*Somos lo que decimos...*
La mirada que nunca fue realidad. Nunca pude verle sobre el escenario. Otra vez será :S
"Dame una razón que me sirva para no seguir así,
es la única manera que conozco de vivir.
Cuando las luces se apagan y el concierto terminó,
y la música se acaba entonces vuelvo a ser yo."
(Cuando las luces se apagan, Enrique Urquijo 1982)
"Pero cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario" (Ojos de gata, Enrique Urquijo 1991)
-Sin dirección-
Porque al bajarte de cada escenario me engañabas bajo el disfraz de la vulgaridad ocultando ante mi vista aquel infierno que sólo desaparecería al volverte a subir a un escenario donde pudieras sentirte en paz.
Yo no tuve el privilegio de encontrarte cualquier noche en un tugurio interpretando con tu voz la melodía de aquellos sueños que todos alguna vez hemos vivido, y que tú rescatabas del olvido para tal vez comunicarnos la fatalidad de que una vez perdida la inocencia es imposible escapar de la soledad y del vacío de una existencia culpable de su límite temporal.
Y entonces tu voz seca y desgarrada nos cantaba aquello de volver a ser un niño, y entre el humo y el alcohol, por unos minutos, la asfixiante madrugada nos envolvía de emoción hasta que terminaba tu actuación y volvíamos todos a ser los mismos desgraciados que se reunían allí para escapar por unas horas de la cotidiana realidad del desengaño.
Amanece un día más, y es inútil diferenciarlo al día de ayer. No merece la pena, prefiero esperar la noche para salir a buscarte y poder así reconocerme en otros ojos.
Pero la noche dará paso al mismo día, y esos ojos se cerrarán para volver a abrirse otra noche continuando la búsqueda imposible de nuestra perdida inocencia. Como ves, todo sigue igual aunque tú nos faltes y tu ausencia sea la herida necesaria para, pese a todo, seguir imaginando ese mundo raro en el que la mentira es verdad y el sueño una esperanza de búsqueda de nosotros mismos: lo que en realidad intentamos ocultar y sin embargo no existen máscaras ni disfraces que puedan hacer del olvido el consuelo suficiente para aprender a morir al bajarse de cada escenario.
+
Saludetes,
"Dame una razón que me sirva para no seguir así,
es la única manera que conozco de vivir.
Cuando las luces se apagan y el concierto terminó,
y la música se acaba entonces vuelvo a ser yo."
(Cuando las luces se apagan, Enrique Urquijo 1982)
"Pero cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario" (Ojos de gata, Enrique Urquijo 1991)
-Sin dirección-
Porque al bajarte de cada escenario me engañabas bajo el disfraz de la vulgaridad ocultando ante mi vista aquel infierno que sólo desaparecería al volverte a subir a un escenario donde pudieras sentirte en paz.
Yo no tuve el privilegio de encontrarte cualquier noche en un tugurio interpretando con tu voz la melodía de aquellos sueños que todos alguna vez hemos vivido, y que tú rescatabas del olvido para tal vez comunicarnos la fatalidad de que una vez perdida la inocencia es imposible escapar de la soledad y del vacío de una existencia culpable de su límite temporal.
Y entonces tu voz seca y desgarrada nos cantaba aquello de volver a ser un niño, y entre el humo y el alcohol, por unos minutos, la asfixiante madrugada nos envolvía de emoción hasta que terminaba tu actuación y volvíamos todos a ser los mismos desgraciados que se reunían allí para escapar por unas horas de la cotidiana realidad del desengaño.
Amanece un día más, y es inútil diferenciarlo al día de ayer. No merece la pena, prefiero esperar la noche para salir a buscarte y poder así reconocerme en otros ojos.
Pero la noche dará paso al mismo día, y esos ojos se cerrarán para volver a abrirse otra noche continuando la búsqueda imposible de nuestra perdida inocencia. Como ves, todo sigue igual aunque tú nos faltes y tu ausencia sea la herida necesaria para, pese a todo, seguir imaginando ese mundo raro en el que la mentira es verdad y el sueño una esperanza de búsqueda de nosotros mismos: lo que en realidad intentamos ocultar y sin embargo no existen máscaras ni disfraces que puedan hacer del olvido el consuelo suficiente para aprender a morir al bajarse de cada escenario.
+
Saludetes,
"He visto tu cara ardiendo en un lienzo de agua, y me he sumergido en un sueño sin poderte tocar, formando un mosaico de sombras, buscando a ciegas lo que sé que no está."
-
simplemeteyo
- fitipaldis.com #1
- Posts: 3227
- Joined: 14 Dec 2004, 01:13
- Location: en el más recóndito hueco
NADA
¿Y si no veo nada?Vivir viviendo, soñar despierto, seguir caminado, pasito a pasito hacia ningún lado...me fumo un cigarro, se apaga por las lágrimas...levanto la cabeza y no veo nada...gente que pasea, gente que se abraza, gente que me mira y gente que no dice nada...y es que realmente no hay nada, solo eso, gente...¿seguir soñando?¿soñando con que? soñando contigo, soñando despierta, soñando vacía, soñando...simplemente soñando contigo...
Si sueño me miento, si me miento me duele, si me duele suspiro y si suspiro pienso...¿que puedo hacer?...no puedo hacer nada, solo mirar a la gente, solo mirar al cielo, solo mirarme al espejo y decirme a mí misma..."Mañana será el día"
¿Y si no veo nada?Vivir viviendo, soñar despierto, seguir caminado, pasito a pasito hacia ningún lado...me fumo un cigarro, se apaga por las lágrimas...levanto la cabeza y no veo nada...gente que pasea, gente que se abraza, gente que me mira y gente que no dice nada...y es que realmente no hay nada, solo eso, gente...¿seguir soñando?¿soñando con que? soñando contigo, soñando despierta, soñando vacía, soñando...simplemente soñando contigo...
Si sueño me miento, si me miento me duele, si me duele suspiro y si suspiro pienso...¿que puedo hacer?...no puedo hacer nada, solo mirar a la gente, solo mirar al cielo, solo mirarme al espejo y decirme a mí misma..."Mañana será el día"
..."cansado de enroscar bombillas y creer que son ideas"...
-
Estrella_estrellada
- fitipaldi .com #1
- Posts: 2875
- Joined: 02 Dec 2005, 18:23
- Location: next to the Sahara
¿Habeis tenido esa sensacion de odiar a alguien por el "haber hecho quererle"?... lo odias.. lo odias por conocerle, lo odias por ilusionarte.. por hacerte feliz...por cada palabra .. por sus tekieros... por todos akellos besos... pos sus gestos.. por su forma de mirar... por habernos enseñado a amar.. pero no a olvidar!!... pero nos olvidams de odiarnos por llamarle.. por perdonarle..por ser tan ciegos.. por creer cada palabra.. por no querer olvidarte despues de casi haber superado todo el daño.. daño q ellos solos no han causado... siempre caer en la rutina de los amores.. buscar algo nuevo.. ¿quien no se siente asi?...lo dejo en el aire
:VA MURIENDO LENTAMENTE
MADRE TIERRA, MOTHER EARTH:
MADRE TIERRA, MOTHER EARTH:
Me engaño pensando que he ganado una hora de sueño, por no reconocer que no me apetece dormir en una cama, por el momento, ajena.
-Por la ventanilla podía ver como todo quedaba atrás, y todo venía conmigo, como un pesado equipaje. Y me dió por pensar que siempre falta algo, que algo se queda siempre sin hacer en nuestro sentir y en la pasión que nos consumió. Algo que faltó entonces y falta hoy todavía. Y de ahí viene el cansancio. El de comprobar que hay tantos "amantes" que aman lo imposible y desean el infinito; pero quizás lo peor sea amar de modo imposible lo posible, o desear de modo infinito lo finito. Yo creo que he cometido ambos errores alguna que otra vez.
Había en mis ojos una o dos lágrimas rebeldes, las veía reflejadas en el cristal. Esta gente que me cruzé en el pasillo está gastada, gastada porque han dado mucho de si y ahora se enfrentan a un vacío y gastada porque todo lo que han dado fue a parar a saco roto. Ya no quiero correr su suerte: dicen que las chicas buenas y obedientes van al cielo; las malas a todas partes. -
-Por la ventanilla podía ver como todo quedaba atrás, y todo venía conmigo, como un pesado equipaje. Y me dió por pensar que siempre falta algo, que algo se queda siempre sin hacer en nuestro sentir y en la pasión que nos consumió. Algo que faltó entonces y falta hoy todavía. Y de ahí viene el cansancio. El de comprobar que hay tantos "amantes" que aman lo imposible y desean el infinito; pero quizás lo peor sea amar de modo imposible lo posible, o desear de modo infinito lo finito. Yo creo que he cometido ambos errores alguna que otra vez.
Había en mis ojos una o dos lágrimas rebeldes, las veía reflejadas en el cristal. Esta gente que me cruzé en el pasillo está gastada, gastada porque han dado mucho de si y ahora se enfrentan a un vacío y gastada porque todo lo que han dado fue a parar a saco roto. Ya no quiero correr su suerte: dicen que las chicas buenas y obedientes van al cielo; las malas a todas partes. -
"Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco. Y ese fue todo su patrimonio..."
*Somos lo que decimos...*
*Somos lo que decimos...*
-
RociMadalenas
- fitipaldis.com #1
- Posts: 3778
- Joined: 09 Sep 2003, 23:41
Igual la continúo en otro momento. ¿Principio de una saga? Creo que no.
Es curioso. ¿Por qué le ponemos nombres a los sentimientos? Estoy empezando a creer que lo único que conseguimos con ello es confundirnos más. El que habla sabe lo que quiere decir… el aludido, normalmente, de primeras, no.
¿Por qué decir “Te quiero”? Lo comprenderías mucho mejor si te dijera que me pongo nerviosa cuando estás cerca, que las dudas crecen y de pronto, desaparecen sin que recuerde que acababan de estar sentadas a mi lado apretándome la garganta. Que, además, mis palabras se atropellan las unas a las otras. Pero si no estás, si te vas, el temblor crece y, con él, el miedo. Que si te vas, el orden mundial no cambiará, pero a mí no me volverá a parecer el mismo (nunca más).
Es curioso. ¿Por qué le ponemos nombres a los sentimientos? Estoy empezando a creer que lo único que conseguimos con ello es confundirnos más. El que habla sabe lo que quiere decir… el aludido, normalmente, de primeras, no.
¿Por qué decir “Te quiero”? Lo comprenderías mucho mejor si te dijera que me pongo nerviosa cuando estás cerca, que las dudas crecen y de pronto, desaparecen sin que recuerde que acababan de estar sentadas a mi lado apretándome la garganta. Que, además, mis palabras se atropellan las unas a las otras. Pero si no estás, si te vas, el temblor crece y, con él, el miedo. Que si te vas, el orden mundial no cambiará, pero a mí no me volverá a parecer el mismo (nunca más).
-
brujita_alc
- fitipaldi .com
- Posts: 894
- Joined: 15 Oct 2004, 13:58
- Location: Alicante
- Contact:
Un día Sabina le enseñó a Enrique Urquijo un papel en el que había escrito un par de versos para usarlos, tal vez, algún día. Enrique necesitaba entonces una pequeña dosis de inspiración y aquellos versos fueron el germen de "Ojos de gata". Sabina, ajeno a esto, también utilizó aquellos versos, dando lugar a "Y nos dieron las diez".
No es que yo quiera comparar situaciones pero... El germen compartido está ahí.
- Silencio -
Todo lo que nos rodea perece, se desgasta, fallece. Ninguna existencia posee el don de la eternidad. Una casa en ruinas, el instante congelado para siempre, la ausencia de movimiento o, simplemente, la ausencia. Y con ella el silencio que habla para recordarnos la esencia de lo que somos. La fugacidad.
Desde niña me han atraído los restos del pasado, siempre he sentido apego a mirar hacia atrás, a preguntarme qué sucedió o qué historia se escondía detrás de un templo en ruinas o de un molusco convertido en piedra. Eso es lo que siempre pensé. Me he dado cuenta de que esa fascinación irracional hacia todo lo que huele a viejo, antiguo, a pasado se debe a la sensación que me provoca el ser consciente de estar admirando algo en el instante presente que ya sólo pertenece al pasado. Pertenece al pasado, y sin embargo, se acerca a nosotros con sus dedos afilados para acariciarnos la espalda y recordarnos que está, si cabe, aún más vivo que nosotros. Seres inmortales, espectros del futuro.
Y como si cada piedra, cada pintura desgastada, cada oquedad o cada reloj parado con las manecillas apuntando a una hora de cualquier día incierto (¿qué día sería?) nos mirasen con sus ojos de cuencas vacías, parecen susurrarnos “Vais a morir. Moriréis pero nosotros seguiremos aquí, observando la vida pero sin vivirla. Sin descansar, sin dormir.”
Ellas (las ruinas) saben que son poderosas, ellas nunca duermen. El insomnio de los restos que nunca descansan. El abandono, la languidez escondida en los recovecos de su andrajoso aspecto antaño brillante y pletórico. La muerte como reflejo de la vida. La decadencia. "Esto es lo que os espera". El olvido.
Y tal vez lo que más me maravilla y aterra a la vez es que las ruinas son el testimonio silencioso de que todavía existe un pasado que permanece inalterable entre los restos del presente, haciéndonos una mueca burlesca, aunando ironía y resignación. "Somos los no muertos". Como una concha que encontramos en la arena, que nos habla del ser vivo que una vez albergó.
El paso del tiempo, la lentitud, envejecer.
Raquel
No es que yo quiera comparar situaciones pero... El germen compartido está ahí.
- Silencio -
Todo lo que nos rodea perece, se desgasta, fallece. Ninguna existencia posee el don de la eternidad. Una casa en ruinas, el instante congelado para siempre, la ausencia de movimiento o, simplemente, la ausencia. Y con ella el silencio que habla para recordarnos la esencia de lo que somos. La fugacidad.
Desde niña me han atraído los restos del pasado, siempre he sentido apego a mirar hacia atrás, a preguntarme qué sucedió o qué historia se escondía detrás de un templo en ruinas o de un molusco convertido en piedra. Eso es lo que siempre pensé. Me he dado cuenta de que esa fascinación irracional hacia todo lo que huele a viejo, antiguo, a pasado se debe a la sensación que me provoca el ser consciente de estar admirando algo en el instante presente que ya sólo pertenece al pasado. Pertenece al pasado, y sin embargo, se acerca a nosotros con sus dedos afilados para acariciarnos la espalda y recordarnos que está, si cabe, aún más vivo que nosotros. Seres inmortales, espectros del futuro.
Y como si cada piedra, cada pintura desgastada, cada oquedad o cada reloj parado con las manecillas apuntando a una hora de cualquier día incierto (¿qué día sería?) nos mirasen con sus ojos de cuencas vacías, parecen susurrarnos “Vais a morir. Moriréis pero nosotros seguiremos aquí, observando la vida pero sin vivirla. Sin descansar, sin dormir.”
Ellas (las ruinas) saben que son poderosas, ellas nunca duermen. El insomnio de los restos que nunca descansan. El abandono, la languidez escondida en los recovecos de su andrajoso aspecto antaño brillante y pletórico. La muerte como reflejo de la vida. La decadencia. "Esto es lo que os espera". El olvido.
Y tal vez lo que más me maravilla y aterra a la vez es que las ruinas son el testimonio silencioso de que todavía existe un pasado que permanece inalterable entre los restos del presente, haciéndonos una mueca burlesca, aunando ironía y resignación. "Somos los no muertos". Como una concha que encontramos en la arena, que nos habla del ser vivo que una vez albergó.
El paso del tiempo, la lentitud, envejecer.
Raquel
"Mirad por la ventana y tal vez podáis ver al ángel que espera sus alas sentado en el andén..."
-
NoInvitad@
Solo palabras..
Solo son eso, fragiles susurros ke el viento derrumba a su paso,
olvidadizas promesas ke nadie cumple, al final todo se olvida..
No me valen las palabras, no son tan necesarias,
prefiero una caricia sincera, una simple mirada complice,
ke mil te quieros rutinarios en la mas bonita postal..
Me he cansado de recordar los versos dedicados,
me hartado de ver como se desvanecen con el tiempo
llevandose consigo los halagos, solo eso, palabras..
Prefiero un abrazo a tiempo ke cien palabras,
no kiero una palabra forzada como mano de apoyo,
no kiero un socorro que no sale de dentro,
kero una sonrisa espontanea, una llamada sincera..
Mejor pensar en cosas buenas, en personas ke si merecen la pena
como evitar pensar? como pasar? como no llorar a solas?
Te necesito, sentirme sola rodeada de gente
ahora no se cual es mi sitio, donde esta mi hueco,
necesito ke vengas y me ayudes a encontrarlo de nuevo,
a tu lado..
Lagrimas en soledad, las mas sinceras, las mas valientes,
las menos forzadas, las mas calladas,
a veces incluso la soledad es buena y necesaria
Como disimular con la unica persona ke te da todo sin nada?
como sonreir a la gente ke te esta defraudando?
como seguir siendo la tonta, saberlo y no evitarlo? no poder..
Solo palabras.. ya no kiero mas palabras,
solo kiero miradas, caricias, abrazos,
actos ke al menos son sentidos,
mas fuertes ke el viento, ke perduren,
solo eso, dejar de darle importancia a las palabras
desgastadas de todos los tiempos, ke se repiten xo solo son eso,
palabras..
Solo son eso, fragiles susurros ke el viento derrumba a su paso,
olvidadizas promesas ke nadie cumple, al final todo se olvida..
No me valen las palabras, no son tan necesarias,
prefiero una caricia sincera, una simple mirada complice,
ke mil te quieros rutinarios en la mas bonita postal..
Me he cansado de recordar los versos dedicados,
me hartado de ver como se desvanecen con el tiempo
llevandose consigo los halagos, solo eso, palabras..
Prefiero un abrazo a tiempo ke cien palabras,
no kiero una palabra forzada como mano de apoyo,
no kiero un socorro que no sale de dentro,
kero una sonrisa espontanea, una llamada sincera..
Mejor pensar en cosas buenas, en personas ke si merecen la pena
como evitar pensar? como pasar? como no llorar a solas?
Te necesito, sentirme sola rodeada de gente
ahora no se cual es mi sitio, donde esta mi hueco,
necesito ke vengas y me ayudes a encontrarlo de nuevo,
a tu lado..
Lagrimas en soledad, las mas sinceras, las mas valientes,
las menos forzadas, las mas calladas,
a veces incluso la soledad es buena y necesaria
Como disimular con la unica persona ke te da todo sin nada?
como sonreir a la gente ke te esta defraudando?
como seguir siendo la tonta, saberlo y no evitarlo? no poder..
Solo palabras.. ya no kiero mas palabras,
solo kiero miradas, caricias, abrazos,
actos ke al menos son sentidos,
mas fuertes ke el viento, ke perduren,
solo eso, dejar de darle importancia a las palabras
desgastadas de todos los tiempos, ke se repiten xo solo son eso,
palabras..
"Pero no busques muy dentro de mí porque allí encontrarás
un corazón destrozado y preguntas sin contestar.
Mejor que busques si hay luz de luna entre las sombras
porque ya sabes que sin duda alguna... allí estaré."
[091, La Torre de la Vela, 1988]
-La Torre de la Vela-
Primero su misterio, su incierta procedencia, y al instante la necesidad de encontrar refugio en ella entre sus sombras, la luna, y por encima de todo la tenebrosa soledad del caminante.
No hay búsqueda posible que no haya sido encuentro anteriormente. La música cicatriza el lamento inevitable del eterno perseguidor de aquella sombra que fue ruina y resplandor, y el sonido de la noche serpentea la ignorancia.
Con el corazón destrozado y preguntas sin contestar.
Sobreviviendo cada día a la luz artificial de La Caverna, imaginando nuestas huellas en la mar, o nuestras miradas heridas por el viento en lo alto de una torre. Retrasando el idilio, la conjura, el instante en que volvamos a desaparecer de un viejo sueño para transformar la realidad en otro sueño que ilumine la elegida oscuridad de la esperanza.
Dificultando la búsqueda hasta hacer invisible el olvido apagando la linterna de la fiel soledad.
A lo lejos amanece, por encima del muro, y con asombrosa lentitud despertaremos abrazando la nostalgia en la necesaria despedida de las sombras.
Con el corazón destrozado y preguntas sin contestar.
Si hay luz de luna...
Allí estaré.
+
Saludetes,
un corazón destrozado y preguntas sin contestar.
Mejor que busques si hay luz de luna entre las sombras
porque ya sabes que sin duda alguna... allí estaré."
[091, La Torre de la Vela, 1988]
-La Torre de la Vela-
Primero su misterio, su incierta procedencia, y al instante la necesidad de encontrar refugio en ella entre sus sombras, la luna, y por encima de todo la tenebrosa soledad del caminante.
No hay búsqueda posible que no haya sido encuentro anteriormente. La música cicatriza el lamento inevitable del eterno perseguidor de aquella sombra que fue ruina y resplandor, y el sonido de la noche serpentea la ignorancia.
Con el corazón destrozado y preguntas sin contestar.
Sobreviviendo cada día a la luz artificial de La Caverna, imaginando nuestas huellas en la mar, o nuestras miradas heridas por el viento en lo alto de una torre. Retrasando el idilio, la conjura, el instante en que volvamos a desaparecer de un viejo sueño para transformar la realidad en otro sueño que ilumine la elegida oscuridad de la esperanza.
Dificultando la búsqueda hasta hacer invisible el olvido apagando la linterna de la fiel soledad.
A lo lejos amanece, por encima del muro, y con asombrosa lentitud despertaremos abrazando la nostalgia en la necesaria despedida de las sombras.
Con el corazón destrozado y preguntas sin contestar.
Si hay luz de luna...
Allí estaré.
+
Saludetes,
"He visto tu cara ardiendo en un lienzo de agua, y me he sumergido en un sueño sin poderte tocar, formando un mosaico de sombras, buscando a ciegas lo que sé que no está."