Como eminentemente se trata de una conexión de diálogos (y aunque lo aparenten en extensión, no son interminables
) lo cuelgo aquí
+
Yo: protagonista masculino de la historia.
Ella: protagonista femenina de la historia.
Nadie: actual compañera de piso de Ella.
Ayer: antigua compañera de piso de Ella.
Paz: Ex novia de Yo.
Futuro: Marido de Paz.
Error: Ex novio de Ella.
Gin: Camarera del local.
Soledad: Amiga de Gin, y nueva camarera del local.
Leo: Nueva pareja de una amiga de Ella.
+
Todos han hecho acto de presencia y ocupan un lugar determinado. Yo cerca de las escaleras toma unas copas con unos amigos. Ella y Nadie a un lado de la entrada buscan un refugio de silencio para hablar tranquilamente. Paz se sienta junto a Futuro en unos taburetes de la barra mientras Gin presenta a Soledad a su jefe y Error en la parte de arriba saluda a Leo, y El Estudio se llena de anónimos sedentarios que camuflan los encuentros de una forma casual.
Empieza la función.
Paz se dirige al baño y se encuentra con Yo. Unos metros les separan y se miran intentando averiguar lo que sucede. No hay ninguna iniciativa y al final es un amigo de Yo quien reacciona y la saluda. Ahora hablan como obligados sin saber lo que decirse.
-Hola Paz, ¡Qué sorpresa verte de nuevo por aquí!. ¿Qué tal todo?.
-Bien- ¿y esa pregunta?. ¿No ha leído mi carta?.- Muy bien.
-Me alegro.
-¿Y tú?.
-Yo como siempre, ya me conoces, nada cambia y sin embargo todo es diferente, lucha desigual de mis habituales paradojas.
-Ya, bueno, voy al servicio, luego hablamos.
-Vale.
Un muro invisible surge entre sus vidas, nada es lo que parece y tal vez no existan las barreras y todo sea la culminación del olvido recobrado.
Fin del soliloquio.
-¿Qué te ha pasado estos días?. Desde el martes vengo observando un cambio radical en ti, como si estuvieras pasándolo realmente mal- una pausa- y yo no me he atrevido a preguntarte antes para que no pensaras que soy una cotilla, ya sabes, ¿quién soy yo para meterme en tu vida privada?. Pero quiero que sepas que aquí me tienes para lo que necesites, y que intentaré ayudarte sea cual sea el problema. A veces es bueno desahogarse con una amiga, y me gustaría que nosotras fuéramos buenas amigas. ¿Qué te parece?.
-No puedes imaginar cuánto agradezco tus palabras. Quise decírtelo cuando ocurrió, pero yo tampoco me atrevía, pensaba que a lo mejor no te importaban mis preocupaciones.
-Bueno, pues entonces suéltalo ya y que sea lo que Dios quiera.
-Estoy embarazada- y Nadie intenta contener el reprimido llanto que escapa de su voz.- Me enteré precisamente la tarde de la cena, pero tenía que asegurarme, y hasta el jueves que realicé una de las pruebas que venden en las farmacias no tuve la total certeza. Sí, estoy embarazada.
-No sé qué decir- hay momentos en que lo mejor es no decir nada- y al notar que Nadie estaba a punto de derrumbarse, Ella le da un cariñoso beso e intenta tranquilizarla.- No te vengas abajo precisamente ahora que tienes que ser más fuerte que nunca. No estás sola, cuenta conmigo hagas lo que hagas, y ya verás como todo saldrá bien.
Nadie esboza una sonrisa ante las palabras que Ella ha pronunciado de manera natural y plenamente convencida.
-Si te vas a poner filosófica paso de contarte más.
-Perdona, me ha salido así. ¿Acaso prefieres que me calle aún sabiendo que estarás hecha un completo lío y que necesitas más que nunca a una amiga?.- el fantasma de Ayer planea en sus palabras.- Me niego, así que ya puedes ir largando todo punto por punto. ¿Quién ha sido el cabrón?.
-Ojalá lo supiera- hace esfuerzos para erradicar la vergüenza que la invade al sacar a relucir su promiscuo comportamiento- pero no lo sé, casi todos los fines de semana ha habido uno, y casi siempre diferente. Por favor, no me juzgues, que yo misma ya me he condenado. Jugué con el sexo y he perdido, ni las putas tienen tanta mala suerte, pero claro, ellas son conscientes de los riesgos y yo fui una insensata, ¿cómo he podido ser tan imbécil?. Mucho placer y mucho vacío, y ahora como consecuencia una barriga.
-¿De qué habláis?.- Error interrumpiendo- Por vuestras caras debe ser algo interesante. ¿Me equivoco?.
Nadie muestra un gesto de desprecio y va a pedir una cocacola. Ella se excusa acompañándola y deja que Error se conteste él mismo a su pregunta, y en el vacío no logra comprenderlo. ¿Qué ha pasado?. ¿Ha dicho algo ofensivo?. Esto no va a quedar así, se asegura disimulando la embarazosa situación en que le han dejado, solo ante la puerta.
-¿Quieres que nos vayamos?. Te noto cansada- pero Paz está ausente, recupera las frases cruzadas con Yo y las analiza en su cabeza. Es tan distinto. No era él, intentaba decirme algo, estoy segura, mas... ¿por qué no lo expresa directamente?. No, se me olvidaba, no puede hacerlo, entonces no sería Yo. Tengo que volver a hablar con él y romper su silencio. ¿Y el mío?. Es verdad, también debo eliminarlo. Las cosas claras aunque no creo que haya nada claro, todo está oscuro y sin luz, el pasado no existe entre nosotros.
-¿Decías?- y Futuro repite con paciencia lo que dijo hace un momento acerca de su cansancio.
-Perdona si te he dado esa impresión, estaba distraída. Resulta que creo conocer a una persona y no sé si saludarla- un beso- vuelvo en un momento, espérame, y luego si quieres nos vamos.
-Vale, pero no tardes mucho que beber solo no es lo mío- y mientras Paz se pierde entre la gente, Futuro escucha sin atención un diálogo en la barra.
-Ya he hablado con mi jefe. Luego, cuando haya menos agobio te llamará y con total seguridad empiezas mañana.
-¿Así de fácil?. Eres fantástica. Acabas de solucionar todos mis problemas, no sé cómo agradecértelo.
-No, maja, no te equivoques, tus problemas acaban de empezar, y te lo dice una que sabe de lo que está hablando. ¿O te crees que pasarse todas las noches sirviendo copas y aguantando algún que otro borracho reprimido es agradable?. Ya verás cuando lleves unos meses. ¿Qué te decía?. Ahora vuelvo, que el trabajo se acumula.
-Leo es genial, vaya suerte tuve al conocerlo. Sólo llevamos una semana y es como si estuviéramos hechos el uno para el otro. Soy tan feliz... ¿No sentís un poco de envidia?.
-Por supuesto- Ella y Nadie cruzan una mirada cómplice- Mucho, no imaginas cuánto.
-Es verdad, pobres de nosotras que nadie nos quiere, si Leo que es tan maravilloso pudiera remediarlo...
-Vale ya, basta de cachondeo, está visto que no se puede hablar en serio con vosotras.
-¿Se ha enfadado?. Tú la conoces mejor que yo, a lo mejor nos hemos pasado un poco.
-¡Qué va!, tendríamos que haber seguido. Ya verás como dentro de cinco minutos vuelve y nos cuenta otra vez lo increíble que es Leo.
-Pues si lo hace, pasaré directamente a preguntar si también es increíble en la cama. Al menos será una conversación más interesante, ¿no crees?.
-Tú misma- en el fondo Leo ha sido como una bendición, Nadie parece otra -, pero te advierto que como sea tan aburrida como de costumbre, no me eches a mí la culpa que ya estás avisada.
-¿Tú crees?.
-Por lo que me contó un ex novio suyo sí, pero claro, ya sabemos cómo son los hombres.
-Y hablando de hombres, ahí está con quien hablé el pasado sábado. Le di mi teléfono y el muy cerdo no llamó.
-¿Quién?.- Ella mira y la figura de Yo sobresale y vuelve a asustarla- ¿Ese?. No puede ser.
-No te pases; moreno, delgado, metro ochenta, ojos azules... y una cara de no haber roto un plato en su vida, tampoco está tan mal.
-No, si no lo decía por eso. Resulta que yo también lo conocí esa noche, lo que ya es casualidad.
-¿Me estás tomando el pelo?. Increíble. Imagina su reacción al ver que nos conocemos. ¿Qué crees que hará?.
-No lo sé. Parecía muy simpático. Además no me dio la impresión de que fuera el típico buitre en busca de su presa. A lo mejor ni se acuerda y pasa de nosotras.
-Sí, tienes razón, la verdad es que tampoco parecía muy interesado ante la idea de llamarme, y eso que hice todo lo posible para captar su atención- y como la confianza se abre paso, hace una breve mención al detalle de la entrepierna, por lo que Ella se ríe comentando que nunca se hubiera atrevido a hacer algo semejante.
No puede ser, piensa Yo, ahí están, lo que imaginaba, se conocen. ¿Encima me sonríen?. Sí, debe resultar gracioso burlarse de mí, pero la mirada de Ella es diferente, otra vez la misma sensación de desamparo ante sus ojos. Salvación, aparece Paz y al instante se olvida de su inquieta fantasía.
-¿Un cigarro?.
-Sí, gracias, pero sólo si me haces compañía hasta que se consuma. Me apetece hablar contigo.
-Te doy todo el tiempo que quieras, pero a cambio tú inicias la conversación.
-¿Antigua o presente?.
-Como prefieras.
-Entonces término intermedio. Hablemos de tu carta.
-¿Qué quieres saber?.
-Todo y nada, sólo escucharte.
-¿Puedo preguntar?.
-No, concretamente limítate a la fecha: 8-8-88.
-Eso es fácil: un verano, una playa y un adiós.
-Parece sugerente, continúa.
-No hay más.
-¿Eso es todo?. No lo entiendo.
-Pues tú, precisamente tú, deberías comprender.
-Depende.
-¿Depende qué?.
-Recuerda, no puedes preguntar.
-Vale, pero intenta ser más explícito.
-Ya me conoces, me manejo mejor entre las sombras.
-Sí, porque sólo de ellas es de donde se obtiene la luz.
-¿Y qué significa esa luz?.
-La oscuridad más intensa, el infinito.
-Te estás alejando del tema.
-Todo lo contrario. Mi carta fue luz.
-¿Fue?. ¿Y ahora?.
-Ahora es ceniza, como nuestros cigarros. Debo irme. Ya nos veremos.
-Espera, contigo no hay causalidad posible a mi favor porque tú sabes donde encontrarme pero yo a ti no, y es injusto.
-Confía en el azar.
-El azar no existe, ya lo sabes.
-De acuerdo, el próximo viernes volveré, pero esta vez yo saco el tema y te lo aviso, no será fácil responderme.
-Dame una pista.
-No puedo, me espera Futuro.
-¿Con quién hablabas?.
-Perdona, era un viejo amigo. Ya conoces lo que sucede en estos casos, empiezas a hablar y no paras. ¿Nos marchamos?.
-Sí.
-¿Cómo ha ido todo?.
-Muy bien. Ya me han explicado la colocación de las botellas, a quien tengo que avisar si faltan hielos, y la misma persona para llevarse los vasos sucios y traer otros limpios. Aparte el horario y los precios, y bueno, que si tengo alguna duda te pregunte.
-Perfecto. ¿Quieres tomar algo?.
-No, creo que me voy a ir, estoy cansada.
-Haces bien, aprovecha que mañana ya no podrás hacerlo. Toma las llaves y ya sabes donde tienes que dejarlas. De todas formas yo llegaré bastante tarde, he quedado con unos compañeros. ¿Quieres venirte?.
-No, paso, nos vemos mañana, que lo pases bien.
-Adiós.
-Realmente no sé que voy a hacer. Pienso en abortar pero me da miedo, bueno, no exactamente, pero antes era fácil, no sé si me explico, todo eso de que todavía no hay vida o que con nuestro cuerpo hacemos lo que queremos está bien, y yo así lo creía, pero ahora que estoy embarazada y que sé que aquí dentro llevo un futuro bebé, la cosa se complica y noto una sensación extraña, sobre todo temo equivocarme y haga lo que haga arrepentirme toda la vida de mi decisión. Como ves, estoy confusa.
-Lo imagino. ¿Sabes?. Se me ocurre una idea que tal vez podría servirte de algo.
-Adelante, no te cortes.
-Creo que te vendría bien hablar con personas que hayan pasado por lo mismo y que te cuenten sus experiencias. Tiene que haber algún centro social donde puedan ayudarte. Y no me refiero a decidir o aconsejarte sobre lo que debes hacer, eso está claro que te concierne a ti y sólo a ti. Yo hablaba de obtener algún contacto de asociaciones tipo madres solteras si optas por seguir adelante, o si tu elección es abortar, entonces que te asesoren dónde y cómo. No sé, algo parecido.
-Quizás tengas razón. Yo pensaba que hiciera lo que hiciera estaría sola.
-Eso ni lo sueñes. Ya sabes que no, ni mucho menos. Si te sirve de algo siempre podrás contar conmigo.
-Gracias. En verdad no sé lo que haría en estos momentos sin ti. Eres increíble.
-Calla, que me haces parecer a Leo, y eso sí que no.
-No seas tonta. Por cierto, hablando de él, mira con quien está.
-¿Error?. El que faltaba. Y se dirigen a nosotras, Dios nos salve.
-¿Qué tal?. Perdonar si antes interrumpí algo transcendente. ¿Podemos hablar ahora?.
-Por supuesto. ¿Qué quieres?.
-Nada, sólo saber cómo estabas, si todo va bien, como ayer no saliste...
-Estoy perfectamente, gracias por tu interés, lo de anoche fue cansancio.
-Es verdad. ¿Qué tal tu primera semana en el curro?
(Demasiada simpatía, eso es malo.)
-Pues no sé qué decirte- ¡Nadie sálvame!- en general muy bien, pero no paro en todo el día. Será cuestión de acostumbrarse.- ¿Nadie?.
-Hola, podrías haber llamado, que no te di el teléfono para jugar al escondite.
-¿Hablas en serio?. Porque seguro que jugando serías perfecta, no habría quien te encontrase.
-¿Por qué lo dices?.
-Por nada, ¿y encima lo preguntas?. Para tu información sí que llamé, pero... ¿adivina quién se puso al otro lado de la línea?.
-Esto de las adivinanzas no es lo mío.
-Creo que la conoces, antes estabais hablando y parecíais muy amigas.
-¿Ella?.
-Premio. Fin de la broma, pero a mí no me hace ninguna gracia.
-¿La conoces?.
-Más o menos. El otro día hablamos un rato, y al oír su voz por el teléfono la recordé y no dije nada, Ella colgó.
-Perdona, pero me he perdido. ¿Por qué no preguntaste por mí?.
-Espera, que ahora el confundido soy yo. ¿Para qué?.
-Pues para hablar conmigo. ¿No llamabas para eso?.
-Creo que ya lo voy pillando. ¿Sois hermanas?.
-No, sólo compartimos piso. ¿No lo sabías?.
-Ni idea. ¿Tenía que haberlo imaginado.?- Ambos se ríen y continúan charlando de manera distendida.
-¡Que no!. ¿Cómo voy yo a elegir mi propio regalo?. ¿Estás loco?. Además, no tienes que regalarme nada, yo no lo hice el mes pasado en tu cumpleaños, ni siquiera te llamé.
-Ya, pero entonces era distinto, casi no nos veíamos ni hablábamos, vaya tontería, por eso quiero que ahora sea diferente, al menos que volvamos a ser buenos amigos. ¿Te parece bien?.
-Sí, claro- extrañada- pero de todas formas no te pienso decir lo que quiero. Sorpréndeme.
-Pensaba que no te ibas a dignar a saludar. ¿Lo de siempre?.- Y antes de que Yo respondiera, Gin ya le estaba sirviendo un Dyc con cocacola.
-Ya sabes que no me gustan las aglomeraciones. Prefiero estos momentos de mayor tranquilidad.
-¿Encontraste a Paz?.
-Sí, hoy he hablado con ella. ¿Por?.
-Nada en especial, pero como ayer te noté un poco nostálgico estaba intrigada.
-¿No estarías celosa?- se ríe- No, ahora en serio, no hay ningún problema. Paz pertenece al pasado aunque haya vuelto a mi presente
-Oye, que no tienes que explicarme nada.
-Por supuesto, te aseguro que no era esa mi intención, más bien pensaba en voz alta. ¿Y de ti, alguna novedad?.
-Pues sí, que atravieso un periodo materno. Resulta que una compañera de FP se ha largado de casa y me ha pedido cobijo por unos días.
-La historia se repite.
-Exactamente. Además necesitaba un trabajo, y mañana podrás conocerla ya que es la nueva camarera del piso de arriba.
-¡Joder!. ¿Sabes lo que has hecho?.
-¿A qué te refieres?.
-Piensa: un techo y trabajo, ahora sí que has cerrado definitivamente la puerta a una reconciliación.
-No lo creo, todo lo contrario, yo sólo he facilitado las cosas. Así puede demostrarse que se vale por sí misma, y a lo mejor sus padres comprenden que para recuperarla deben aceptar su independencia y ceder en sus presiones.
-Sinceramente lo veo complicado, más bien creerán que es incapaz de compaginar el trabajo y los estudios y soltarán el típico eslogan de estás desperdiciando tu vida y cuando quieras arrepentirte será tarde.
-¿Siempre eres igual de optimista?.
-Sólo contigo. Me encantan las dudas.
-Muy gracioso. ¿Otra copa?.
-¿Dónde estabas?. ¿Te parece bonito dejarme sola con Error?.
-¿Y qué querías?. No sé por qué, pero no le soporto. ¿Y estuviste casi dos años saliendo con él?.
-Eso ha sido un golpe bajo. Error antes no era así, o al menos yo no sabía cómo era.
-Por eso le dejaste.
-Sí y no- otra vez Ayer, peligro- Pero dime, ¿qué tal con Yo?.
-Muy bien, muy divertido. El pobre llamó esta semana y al reconocer tu voz pensó que le había dado tu número para gastarle una broma. Tendrías que haber visto su cara cuando le dije que vivimos juntas. Después seguimos hablando y no sé, tiene puntos demasiado extravagantes. ¿Sabes qué me preguntó?. No te lo pierdas: mi opinión sobre la muerte en sentido filosófico. Imagina. Me asombró. ¿Hablaría en serio?. Claro, que yo también me pasé un poco respondiendo que a ver si iba a resultar un psicópata.
-¿Y qué te dijo?.
-Nada, que tranquila, que era un tema que le obsesionaba y sólo quería conocer lo que pensaban los demás al respecto, eso es todo. Y luego, otra pregunta, que si tú usas lentillas.
-¡Anda ya!.
-Que sí. Yo contesté que no lo sabía y volvió a cambiar de tema. ¿Las usas?.
-No, pero... ¿a qué venía esa pregunta?.
-Ni idea, pero te aseguro que hablar con él es agradable aunque pueda parecer lo contrario, no sé, todo parecía muy normal y cotidiano.
-Entonces los dos estáis locos.
-Que no, es que me explico fatal. Si hubieras estado allí me entenderías. Bueno, cuéntame; ¿y tú con Error?.
-Ése sí que ha perdido la cabeza por completo. Quería que le dijera lo que me gustaría que me regalara por mi cumpleaños. ¿Te lo puedes creer?. Pretende que ya que no estamos juntos, al menos seamos buenos amigos. Por mí vale, no hay problema, ¿qué le iba a contestar?. Sólo espero que ahora no me agobie llamándome a todas horas o algo así. Es increíble, ¿no me lo podré quitar nunca de encima?.
-Eso me suena a postura sexual. Era una broma. Estoy harta de refrescos, me apetece una copa pero no sé si en mi estado resulta conveniente.
-Por una que te tomes no creo que pase nada, pero desde luego no soy ninguna experta, así que tú misma.
-Tienes razón, ¡qué narices!, me voy a pedir una, ahora vuelvo.
Ella queda sola, y ante la amenaza de Error decide dar una vuelta por el local.
-Hola, me había dicho Nadie que te interesaba conocer si llevo lentillas.
-Cierto
-Pues para tu información no uso.
-Ya lo sé.
-¿Entonces?.
-No sé si me entenderás. Mi pregunta no era si físicamente llevabas lentillas, más bien se refería a otro aspecto.
-Tienes razón, no entiendo nada.
-A ver si consigo explicarme. Es como cuando en el fútbol se le grita al árbitro “Ponte gafas”. No es que se piense que tiene un defecto en la vista y que por ello realmente necesite llevarlas, sino lo que se quiere constatar es que en esa jugada o estaba mirando a otro sitio o no ha sido capaz de acertar en su decisión y de ahí surge la burla.
-¿Y eso qué tiene que ver conmigo?.
-Contigo quizás poco, pero sí con tu mirada. Normalmente suelo fijarme mucho en las miradas. Me gusta coleccionarlas, descifrar su contenido, analizar si hay tristeza, o apatía, nerviosismo, felicidad, incertidumbre... y te puedo asegurar sin ninguna duda que con la tuya estoy perdido.
-Vaya, no sé si tomármelo como algo parecido a un elogio o a un agravio. Tú también, mira que decir que carezco de mirada...
-Yo no he dicho eso. A lo mejor es un disfraz.
-¿Qué?.
-Sí, como si ocultaras tu verdadera mirada, es a lo que me refería con lo de las lentillas.
-Pero si no me conoces.
-Ya, lo de siempre, y como de costumbre discrepo.
-No, de esto sí que estoy segura, el sábado fue la primera vez en mi vida que hablé contigo.
-Realmente es así, no te conozco, mas intenta separar realidad de ficción. Puede que en mi fantasía, en mi libre vuelo por la imaginación sí que exista alguien como tú, o al menos con esa mirada.
-Aunque yo no crea mucho en lo irreal, supongamos que acepto tu teoría: hay algo que no se sostiene.
-Dime.
-¿Cuál es el enlace entre esas dos miradas, la vacía y la verdadera?.
-Déjame que lo piense.... pero antes dime: ¿En verdad te interesa la respuesta?.
-Ya que hemos llegado a este punto, sí, sobre todo para ver cómo sales de esta situación.
-Pues creo que te voy a decepcionar porque la única conexión posible es confusa, y de existir se encontraría en una tercera mirada ajena a ti, la mirada del olvido, mi mirada.
-¿Tu mirada?.
-Bueno, no exactamente, mejor la de quien conozca con detenimiento tus dos mundos, el del sueño y el real, y que ahora, invisible ante tu imagen funda en la distancia tus miradas hasta que éstas desaparezcan y una nueva cobre forma.
-Y todo por sólo unas lentillas... ¿Siempre eres así?.
-Depende del momento. La noche que nos conocimos, si recuerdas, hablamos mucho y variado, y siempre de manera racional pero no expuse ninguna teoría al respecto. Sin embargo hoy me sucede lo contrario, me has pillado en el terreno de lo ilógico donde formulo divagaciones en busca de respuestas imposibles, todo en constante dualidad. ¿Me sigues?.
-Para serte sincera sólo un poco, eres tan extraño... pero no te lo tomes a mal, me gusta lo que dices, no sé, es distinto, diferente a lo que escucho habitualmente, sí- gesto reflexivo- realmente me interesa.
-¿Qué estudias?.
-Primero de Historia, en la Complutense.
-Pareces mayor.
-Tú también.
-¿Un cigarro?.
-No, gracias, no me apetece- termina la copa.
-¿Y Ella?.
-No sé, por ahí, mira ya viene.
-Nadie, ¿nos vamos?.
-Sí- y se despiden de Error que también se marcha y se ofrece para acercarlas al piso.
-No te molestes, gracias de todos modos... ¡Taxi!.
-Gin, me voy, que te sea leve
-Ya queda poco, y luego empieza mi noche, ¿te apuntas?.
-Estoy destrozado, no aguanto en pie ni diez minutos, mejor me retiro.
-Pues nada, que descanses, nos vemos.
-Adiós
+
Saludetes,