Marea, diario de una grabación. Toma siete y última.
En estos últimos años he cumplido muchísimos sueños que creía inalcanzables. He conocido a muchísima gente que durante años fueron para mí verdaderos ídolos. Algunos, después de conocerlos, han dejado de ser mis ídolos para pasar a ser unos verdaderos gilipollas. Por suerte han sido los menos, gracias al cielo. Por eso siempre digo que a los ídolos es mejor no conocerlos. También digo que la fama o el reconocimiento no le hacen a nadie gilipollas. Lo descubren como tal. Así que eso me consuela. No es que este tío se haya vuelto bobo. Es que ya lo traía puesto de casa.
Supongo que eso también le pasa a la gente conmigo, claro. En realidad me importa tres cojones lo que piense la gente. Yo no soy ningún genio. Que va. Solo soy un peón de albañil que quería ser tan rokero como el Rosendo y los Barricada y tan buen letrista como el Robe. Así que decidí que quería conocerlos pese a todo. Y ninguno me defraudó. El conocerlos personalmente me puso los techos altos y me dio una cura de humildad. Así que me moriré pensando que son los más grandes. Eso si no nos liamos a navajazos algún día, claro. Pero no creo. Creo, sinceramente, que no he logrado ser tan bueno como ninguno de ellos, pero, qué cojones, la verdad es que estoy feliz de ser parte de Marea y de que Robe, el Drogas y tantos otros cantaran en nuestros discos. Ya solo me faltaba que cantara el Rosendo y ya me podía morir tranqui. Y la semana pasada el sueño se hizo carne.
A mediodía el maestro estaba compartiendo con nosotros un plato de alubias del cagarse, en la misma mesa en la que nos confesaba que estaba muy nervioso ya que quería hacerlo bien, estar a la altura. Y eso que será el disco cuatrocientos en el que colabora. Sí señor. Durante toda la tarde estuvo haciendo tomas de voz hasta que se quedó contento. Un montón, y nosotros con los pelos como escarpias cada vez que cantaba. Después de cada toma nos miraba desde el cristal de la pecera y preguntaba: “¿Qué, como lo habéis visto?”. “Pues como lo vamos a ver, pues de puta madre, jefe. Aunque si te somos sinceros la verdad es que te puedes tirar cinco eructos que también lo vamos a ver de puta madre”. Y el Rosendo se partía el culo y nos decía que nosotros éramos capaces de dejar los eructos y borrar lo demás. Ya sé que ustedes pensarán “pues vaya sueño de los cojones, cantar con el Rosendo y con el Robe, si aún fuera con los Roling o los Bitels....”. Pero es que a mi los Roling me sudan el pito y los Bitels más todavía. A mi me gustan los Barricada y los Extremoduro, el Rosendo y el Camarón, el Cabrero y los Reincidentes, el Lorca y el Chinato, el aguardiente de hierbas y el gazpacho, el patio de vecinos y Berriozar.
Después de grabar Rosendo sólo nos quedaba cantar una canción para acabar el disco. El tema en cuestión es una canción en la que hay tres o cuatro partes distintas. Así que me dije “pues si tiene tres o cuatro partes distintas habrá que llamar a tres o cuatro cantantes distintos”. Y así fue. Además de mi voz se puede escuchar el latido jondo y flamenco de Domingo Calzado, las voces angelicales de Arantza Mendoza, el alarido agrio y espeso de Martín Romero, el timbre de bronce de Manolillo Chinato así como toda una sección de trombones, trompetas y saxofones... y más porque no cabía. La canción en cuestión es la única de la que os voy a dar el título. Por ahora. Se llama “Como los trileros”. Tantos amigos y hermanos juntos será difícil verlos nunca más. Ahí quedarán para siempre
Me gusta mirar a la calle desde la acera y no desde las ventanas o las pantallas de ordenador. Y mucho menos desde la televisión, claro. Y ya se que todo esto puede sonar al tópico de rokerillo iconoclasta y anacoreta que pasa de todo y tal y pascual y los cojones de un pato. Pero no. Yo no paso de todo ni mucho menos. Paso de bobadas y de amargaos a los que les importa más si el Fito se cambia la gorra de color que el disco tan cojonudo que ha hecho. Paso de valientes que escondidos tras el anonimato que da internet se dedican a insultar a gente que se deja la vida en cada canción. Paso de justificarme por mis acciones. Yo no soy la conciencia de nadie. Yo soy mi propia conciencia. Y es más, señores, la tengo muy limpia, mira por donde. Vamos, que gracias al demonio tengo una vida lo bastante interesante como para ir metiendo mis llaves en las puertas de las casas de los demás para ver si tienen polvo debajo de las camas. Me la suda.
Bueno, que se me pira la olla, con todo esto solo quiero explicar así, a grandes rasgos, que, en respuesta al clamor cibernauta que me pide que deje de insultar a los internautas, verbigracia, diré que, en ninguno, repito, ninguno de mis textos he pretendido ofender a nadie. Es más, me tomaré la libertad de decir que cuando me pongo a ofender soy un hacha. Puedo ser más hijoputa que nadie. Así que si alguno de ustedes se ha podido sentir herido por algunas de mis expresiones sólo me queda decirle que no era mi intención. Aunque también le digo que si lo que verdaderamente le importa e interesa son nuestros pareceres acerca del devenir de la sociedad, internet y otras vainas, ya le pueden ir dando mucho por el culo. Para eso que se compre el Diez Minutos, que además salen afotos y todo y casi no hay letra. Nosotros, amigos, solamente hacemos canciones, mira por donde. Canciones.
Me asombra el escuchar a mis compadres cuando me dicen que la gente en los foros está ofendida porque he dicho no se qué y no se cual. Me pongo a revisar los textos que he escrito y no veo más que un poco de sentido del humor y algún conato de vacilada. Y flipo. Y me digo “joder, Kutxi, encima de que te esfuerzas en dar un poco de información y buen humor al frío mundo internauta, fíjate como te lo pagan, hay que cagarse...” En fin, cosas de la gente que se aburre. Y ya puestos a sincerarme, mira tú, lo haré del todo. En un afán de modernizarme, hará tres o cuatro años, decidí informatizarme y engancharme a la red de redes dispuesto a consumir la grandilocuente e inmensa fuente de información que se me ofrecía. Me puse hasta una dirección de imeil y todo el copón. Ole. Pero no. La verdad es que en todos estos años me habré puesto tres o cuatro veces a leer los mensajes de mi correo. O igual menos. Habré mandado cinco o seis mensajes y habré entrado en seis o siete páginas. También he entrado, algunas veces, en nuestro chat, aunque hace tiempo que no entro, supongo que por ahí seguirán Ilargi, Luciita, Juanin y demás. Supongo. Un saludo para ellos, allá donde estén. Así que, contando que pago al mes tres talegos de tarifa plana he llegado a la conclusión de que me hubiera salido más barato mandar los mensajes en el yate del rey.
Así que decidí volver a comprar los sellos en el estanco de la Puri y volver a mandar cartas. Y a Terra, Yajú, Tiscali y a la puta madre de Bil Gueits que les vayan dando. De todas formas he de reconocer que, todos los meses, al menos una vez, entro en una página que se llama Manerasdevivir. La verdad es que me gusta. La actualizan todos los días y hacen un seguimiento enfervorizado de todo el movimiento rokero. Sin distinciones ni favoritismos. A sus responsables me los suelo encontrar en los conciertos y nos vacilamos mutuamente. Y les envidio y me siento uno de ellos, porque, a decir verdad, yo me siento más seguidor que músico. Pero eso es otra peli. Os recomiendo que la visitéis. Tiene una información bastante más fiable que las revistas especializadas. Ojo, con esto no quiero decir que sea el catecismo del rokanrol, pero bueno, la verdad es que está muy bien. Otro saludo para ellos.
Y a los demás detractores y amigos de los Marea que intentáis seguir nuestros pasos por las uvedobles, solo nos queda deciros... gracias. Con la mano en el pecho. Gracias. A todos sin excepción, a los que nos echáis flores y a los que nos mentáis a la madre. Gracias. Aquí estamos. Para hacer canciones, no os olvidéis. Para lo demás os tendréis que buscar otro entretenimiento. Nos vemos en los conciertos. Ah, y si os tenéis que cagar en la puta madre de alguien, que sea en la de Luis del Olmo o en la de algún otro tertuliano. Y cuando lo vayáis a hacer nos llamáis, que a nosotros también se nos afloja el vientre con esos hijos de la gran perra. Hasta aquí llega el diario de éste humilde juntaletras, espero que os haya entretenido. A partir de ahora os las tendréis que ver con el Katxo y su compadre, que son los que se van a encargar de la página a partir del 22 de Marzo, que es el día en el que sale a la luz este 28.000 Puñaladas del que tanto os he dado la chapa. Ya nos veremos. Supongo. Pura vida.
Kutxi Romero, 10 de Febrero de 2004
La verdad es que este tio es el mejor no hay palabras para describirle
quiero el disco yaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!