Angela_transfer wrote:bieeeeen!!jajajaja ya no soy la unica!!!!!!Más mierda le caerá encimaaa!!jajajajaja que burra.
Qué estás dando tu?Es por saber si no es lo mismo y esa mujer jode la vida a más gente con más cosas
No estoy "dando" nada en especial, es que la incluí en el TR (sí, tengo mil quinientos autores¬¬') y tal... Mira (lo pongo en muy diminuto xD):
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(Italia, 1870 – Holanda, 1952)
Nació en el seno de una familia burguesa católica en la que se reconocía el derecho a cierta educación de la mujer. A los 14 años, estudió ingeniería; más tarde biología, y se graduó en 1896, en la Universidad de Roma, como la primera mujer médica en Italia. Estudió también Antropología y obtuvo un doctorado en Filosofía. Tenía una conciencia social importante. Participó en dos congresos Internacionales para mujeres: En Berlín en 1896, y en Inglaterra en 1900. En 1898, en un Congreso en Turín expuso la importancia de la educación y atención a niños con deficiencias mentales. Estuvo influenciada por las teorías de dos médicos franceses, Itard y Séguin. Asimismo, recibió influencias de Rousseau, Pestalozzi, Herbart y Fröebel.
Entre 1898 y 1900 trabajó con niños considerados mentalmente perturbados; utilizó como base materiales de Séguin, en base a los cuales elaboró los suyos propios. Logró que los niños realizaran el examen estatal, y los niños salieron igual que los niños “normales”.
En enero del 1907, se inauguró la primera Casa de Niños, en San Lorenzo (Roma), con 60 niños. Se inició creando el área de vida práctica (higiene y modales), devolviendo así al niño su dignidad. Los niños se concentraban y repetían el ejercicio; los juguetes no les atraían por ser para ratos de ocio, y rechazaban premios y castigos, obteniendo la satisfacción de realizar solos su trabajo. Poco a poco, los más rebeldes se normalizaron, tenían interés por aprender y se hicieron amables y respetuosos. San Lorenzo dejó de ser un centro de control de niños cuando, a los 4 y 5 años, aprendieron a leer y escribir como un proceso natural; se convirtió en un centro de investigación donde el niño se desarrollaba con libertad e independencia. Tenían la libertad de ser activos, y la responsabilidad de saber cómo usar esa libertad.
En 1909 aparece el primer curso de guías Montessori y escribe su primer libro, El método de la Pedagogía Científica. En 1912 fue invitada por Alexander G. Bell y su hija a América. Abrieron la primera Casa de Niños en EE.UU, y el movimiento se multiplicó hasta formar la American Montessori Association. Cuando en 1914, el profesor de la Universidad de Columbia William Kilpatrick escribe el libro The Montessori System Examined, declarando su teoría como obsoleta y haciendo una dura crítica, esta explosión de escuelas Montessori es exterminada. Este mismo año escribe La autoeducación en la Escuela Primaria. Años más tarde se trasladó a la India, donde desarrolló la primaria Montessori, con talleres de niños; se expone el autodesarrollo (el adulto solo puede ofrecer los medios necesarios y enseñar a usarlos, pero quien debe desarrollarse por sí mismo es el niño). En 1926, con el apoyo de Mussolini, se funda la Real Escuela del Método Montessori; sus centros se multiplican en Italia y empiezan en Alemania. Pero renunció a ese apoyo pues adoctrinar a los niños para fines bélicos iba en contra de su filosofía. Por ello, Mussolini y Hitler mandaron cerrar todas sus escuelas en sus respectivos países. En 1934, se traslada a Barcelona, donde desarrolló métodos para catequesis. Huyendo de la guerra civil, se instala en Holanda, pero en 1939 es invitada a la India por la Sociedad Teosófica; estuvo retenida allí durante la II Guerra Mundial, si bien desarrolló Comunidades Infantiles para sustituir las guarderías y se interesó durante estos años por los niños de 0 a 3 años. Murió en Holanda poco antes de una planeada visita a África, invitada por el presidente de Ghana.
El Método Montessori de educación, que ella obtuvo de su experiencia, ha sido aplicado exitosamente a todo tipo de niños y es muy popular en muchas partes del mundo. Es difícil para nosotros comprender el impacto que tuvo Maria Montessori en la renovación de los métodos pedagógicos a principios del siglo XX, pues la mayoría de sus ideas hoy nos parecen evidentes e incluso demasiado simples. Pero en su momento fueron innovaciones radicales, que levantaron gran controversia especialmente entre los sectores más conservadores.
Sobre el método de Maria Montessori, consultar el anexo II.
ANEXO II.
Maria Montessori es, junto con Decroly, una de las educadoras que con mayor acierto ha traducido el ideario de la Escuela Nueva y Activa, sistematizado por Ferrière en una propuesta de intervención pedagógica.
Su método, respetuoso con el crecimiento natural de la infancia, desarrolla sobre todo la educación sensorial en el parvulario. Para ello, elabora una serie de pautas y materiales para trabajar el dibujo, la escritura, la lectura y la aritmética. Su método, con diversas adaptaciones, ha tenido una gran influencia en la Educación Infantil y han existido y existen aún escuelas Montessori en muchos países.
La obra de Maria Montessori se inscribe, como ella misma proclama e impulsa, en lo que se considera en su tiempo como Pedagogía Científica. Posiblemente, su formación naturalista explica su concepción de que la educación debe inspirarse en la naturaleza y en las leyes del desarrollo infantil, al margen de los hábitos tradicionales, incluso de la propia tradición, y de toda consideración metafísica.
Recibe las siguientes influencias:
El individualismo de Rousseau; la educación sensorial de Pestalozzi; la educación de las facultades de Herbart, sin olvidar la influencia de Fröebel en lo que se refiere a la autoactividad, el valor del juego y a lo relacionado con la creación de hábitos a partir de los instintos e impulsos naturales.
Montesori parte esencialmente de la psicología positivista y asociacionista, basándose su método en la actividad sensorial y las impresiones y en la educación en la autoactividad; para llevar a cabo su objetivo, se nutre de un rico material didáctico.
Su sistema, fundamentalmente de aplicación biológica, es de desarrollo más que de adaptación.
Según Montessori, educar es favorecer el desarrollo, con lo cual la libertad pasa a ocupar un papel primordial.
Ella considera la infancia, al igual que, en general, todxs lxs educadorxs de la Escuela Nueva, como algo sustantivo con necesidades e intereses específicos; la infancia es, pues, una fase de nuestra existencia que debe vivirse plenamente.
Su filosofía es vitalista, con lo cual la vida infantil no es una abstracción. El niño y la niña son cuerpos que crecen y se desarrollan, y no crecen gracias a la nutrición, al simple hecho de la respiración o a unas condiciones térmicas o barométricas favorables, porque la vida potencial se desarrolla en ellxs y deviene activa.
El principio básico del sistema es la libertad, al que debemos añadir el axioma de la actividad y el de la individualidad, principios que requieren unos procedimientos específicos.
En el universo montessoriano, la libertad no es un principio de raíz social o política, sino una condición indispensable para el desarrollo de la vida, es decir, de las manifestaciones espontáneas.
Toma como punto de partida la libertad de ocupación y el trabajo como disciplina externa. Tiene la convicción de que la educación sólo se logra por la actividad propia del sujeto que se educa; apela a una mayor libertad para dar satisfacción a los estímulos propios del alumnx. De esta manera la actividad tiene un papel esencial, y debe disciplinarse para el trabajo a través de un ambiente adecuado que propicie una actividad libre coordinada con los intereses naturales.
Su preocupación educativa se dirige hacia aquellas cosas útiles en nuestra vida y, sobre todo, que despiertan nuestro interés.
Montessori insiste en la unidad de la actividad sensorial y motriz, en el desarrollo infantil y en la necesidad de una atenta preparación de la atmósfera escolar para que se adapte a la condición infantil. La creación de un ambiente apropiado para cultivar la atención, la voluntad, la inteligencia, la imaginación creativa, sin olvidar la educación moral, es, precisamente, una de las grandes contribuciones de esta pedagoga.
De acuerdo con el mundo educativo de su tiempo, preconiza el desarrollo psíquico, el sentido musical, la educación de la personalidad y la preparación de materiales de dibujo y para el estudio de disciplinas como la aritmética y la geometría y la gramática.
El entramado montessoriano requiere una nueva concepción del educador/a, que debe enseñar poco, observar mucho y orientar las actividades psíquicas de lxs niñxs y su crecimiento psicológico. En realidad, el objetivo consiste en establecer la actividad espontánea del niñx.
Se ha criticado su material por no utilizar objetos concretos del mundo real, por el exceso de metodismo, la complicación de los instrumentos y los procedimientos preadaptados; en otro orden de cosas, se discute el individualismo de su sistema y una cierta simplificación de la actividad intelectual, aunque suscite en el alumnado un marcado interés hacia ciertas manipulaciones.
Uno de los objetivos del método montessori es preparar al niñx para que sea libre, para lo cual es indispensable que consiga autonomía a través de la adquisición de niveles progresivos de independencia física y afectiva, lo cual implica autoestima e independencia de la voluntad y pensamiento. Para conseguir dicha libertad, en los centros montessorianos se practican continuamente los hábitos de la vida diaria; ponerse y quitarse las prendas, abrochárselas, colgarlas, lavarse las manos, comer y beber solxs, poner y recoger la mesa, etc.
Era fundamental que el niñx dominase su entorno, que aprendan a manejar el material, a buscarlo, colocarlo en su debido sitio, ordenarlo y guardarlo, trasladar el mobiliario, limpiar la clase, buscar información en los libros. En definitiva, que aprenda a desenvolverse sin el concurso del adultx.
El material utilizado por Montessori es esencialmente sensorial y está pensado para trabajar cada sentido en particular, con la idea de aislar cada una de las cualidades sensoriales. Con ayuda de su material, Maria Montessori descubrió que era posible el aprendizaje de la lectura y la escritura.
A partir de su experiencia, Montessori llega a la conclusión de que lectura y escritura no son simultáneas entre sí, dado que la escritura precede a la lectura, aunque esta afirmación, a su entender, sea contraria a un prejuicio que nos ha invadido. Para ella, leer es interpretar una idea a través de signos gráficos; así pues, mientras las palabras escritas no le transmitan ideas al niñx, no podemos decir que sepa leer.
Fuente:
Boletín de la escuela libre Paideia, A rachas. Monográfico: Escuelas. [/size]