Dice mi nick últimamente, y dijo Calamaro que “una ciudad, además de cemento es carne, y hueso, y sangre...” Y el tío se quedó corto, muy corto. Además es el viaje para llegar a dicha ciudad, con sus desiertos, sus chorizos revenidos, sus planes de negocio de restaurantes abandonados, sus caricias y sonrisas. Además una ciudad son noches no dormidas, es tortilla de patata y croquetas, es cientos de besos fotografiados, es ver una cara brillar y unas manos temblar, es medallas de *o*ro, es tumbas de siniestros muertos vivientes, helados antidepresion, es Peras, Rieras de Hortas, Trenzos, es malos rollos, es baños bajo un eclipse de luna, es “un chiste muy bueno tio, aquí va uno muy bueno”, es montones de miradas cargadas de montones de sentimientos acumulados durante mucho tiempo, es siete horas... en definitiva, y por no extenderme demasiado, es compartir cosas que dejan lagrimas, nudos en la garganta, despedidas imposibles, GRACIAS y linda!, acabar hecho polvo, y sin embargo con una sensación de ser la persona más afortunada del mundo. Aunque no lo parezca, no sé muy bien que decir, gracias, de todo corazón.
En la foto falta Churroco, un verdadero placer haberte conocido y haberte tenido como compañero de viaje.
P.S. Magma, por supuesto, un gustazo haber compartido ese ratito.