La Estación de los Sueños es el nuevo álbum de Medina Azahara.
Sí, es cierto que ya van 16, pero también es verdad que en cada disco hay un nuevo planteamiento y una nueva forma de desarrollar su personal forma de entender la música.
Tras su anterior “Aixa” (2003) en el que contaron con la participación de la Orquesta Sinfónica de Córdoba cantando, entre otros, a su Córdoba natal, “Los Medina” han seguido haciendo lo que siempre han sabido hacer, estar con su público recorriendo una vez más nuestra geografía y componer entre bolo y bolo a la más pura esencia rockera.
Los que han acudido a sus conciertos, o los que simplemente han pasado cerca, han podido comprobar que su música sigue siendo patrimonio de los miles de seguidores que, año tras año, disco tras disco, les reclaman nuevas canciones y les aclaman en nuevos shows
La Estación de los Sueños presenta 13 cortes abriendo brecha con “Puente de la Luz” la Intro orquestal con la que Medina gusta de comenzar sus trabajos, para seguir desgranando un álbum tan variado como inspirado.
“Si tú no estás en él” corte 2 y primer single del disco, es un tema que inevitablemente recuerda la frescura y espontaneidad de los “temas-himno” del directo. Ayudado a la Guitarra Flamenca por José Manuel Hierro (primer guitarra de Vicente Amigo), la canción vuelve a sumergirnos en ese ambiente tan “medina” de contundencia rítmica aderezada por una melodía y letra que podrían iluminar la noche de cualquier jardín árabe con aroma de azahar.
Canciones del más típico corte “rock andaluz” como “Yo le canto al Viento”, “Sólo Momentos” o el mismo “Si tú no estás en él” se fusionan, sin solución de continuidad, con otros de aire más rock-puro como “Volver a nacer”, “Al Diablo con el Cielo” o “Lágrimas al mar”, sin olvidar sus célebres medio-tiempos como “El sabor de tu ausencia” o “Tú llenas mi alma” o sus ya míticas baladas como “Niña, dime tú” o “Dónde está el pecado”.
La escucha de este disco, para muchos será una nueva ocasión de deleite, para otros motivo para una crítica siempre fácil, pero para todos una muestra del obligado respeto que se debe a uno de los pocos supervivientes del legendario rock español, que siguen soportando la debacle del mercado discográfico nacional.
Quizá por ello, éste sea un buen momento para descansar del viaje por la triste realidad del mundo de la música actual, y detenerse en La Estación de los Sueños, pensando ¿por qué no? en un futuro mejor.
