Ahora que estoy UN POCO más calmada.
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Que nos han esperado un grupito (bueno, grupazo...
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) de gente a la salida, un poco apartados de la puerta, para pegarnos... vale, pegarme. Que yo he pasado de ellos y por eso han ido a por Vero. Que Vero ha sido la que ha acabado recibiendo, y como había tanta gente por el medio tampoco podían hacer nada. Que a mí me han obligado a irme de allí. Que al volver las madres de las gilis estaban como estaban... y a las gilis ni siquiera las han tocado. Que encima las gilis lloraran, delante de toda la tropa, para darles el gusto vaya. Que se me saltaban las lágrimas de pura rabia, me hervía la sangre, y aun así ...¿qué he hecho? Nadaaaa... Que se van a quejar nuestras madres, pero no va a servir de nada, porque ...¿qué cambiará? ¿Que en vez de pegarnos a la salida nos zurren más adelante? Pues vaya. Que no me da la gana que la gente pase así, por encima de mí, tan anchamente... Que me he sentido fatal y he vuelto atrás, pero ya no había ni Dios, sólo Vero llorando, David e Isra, todos en la panadería, y las chicas de la panadería preguntando qué había pasado. Que encima las madres de las gilis les señalaran, como acusando "¿Esos también han sido?" GILIPOLLAS, ¿no ves que no? (están esperando a la mínima para acusarnos de algo, qué hijas de su madre)... Que todo esto me da muchísima rabia, muchísimo... asco. Muchísima impotencia. Que ni siquiera les hemos mirado, joder, que nunca les hemos hecho nada... ¿qué pasa? ¿tanta pinta de gilipollas tenemos?